El PP propone un pacto ante la crisis y PSOE y BNG se muestran escépticos

El gobierno cree que respaldar el presupuesto es la forma de apoyar el futuro de Lugo y dice que Carballo no lo hizo Los populares ponen sobre la mesa aprobar una rebaja fiscal y lanzar un plan para potenciar el comercio y el turismo
Ramón Carballo, Rubén Arroxo y Lara Méndez, durante un pleno municipal celebrado en 2019. XESÚS PONTE (AEP)
photo_camera Ramón Carballo, Rubén Arroxo y Lara Méndez, durante un pleno municipal celebrado en 2019. XESÚS PONTE (AEP)
Mirar más allá del covid, para planificar el futuro de la ciudad y buscar soluciones a la grave crisis que trajo la pandemia es uno de los retos en el tablero político en el inicio del nuevo curso. Pero las posibilidades de un gran consenso parecieron difuminarse este martes al poco de que el Partido Popular de Lugo pusiera la idea sobre la mesa.

El PP abrió el martes la ronda de propuestas en el estreno del año político y el portavoz municipal, Ramón Carballo, abogó por un pacto de toda la corporación para encarar la recuperación postpandemia en el municipio.

Como recetas base para negociar ese gran acuerdo, Carballo propuso "diseñar una nueva política fiscal" y tomar medidas para "revitalizar el comercio e impulsar la actividad turística, preparando el casco histórico de Lugo para la declaración de Patrimonio de la Humanidad". Asimismo, el portavoz popular dijo que hay que "liderar el desafío digital y planificar acciones que ayuden a fijar el talento y crear oportunidades".

DISTANCIA. Sin rechazar abiertamente la idea de sentarse a buscar un gran pacto de los partidos, los grupos de gobierno ya dejaron notar el martes que esa propuesta no les resulta creíble y defendieron que la oposición ha tenido la puerta abierta a apoyar todas las medidas que ha venido tomando el gobierno local desde que estalló la pandemia del covid.

Así, desde la alcaldía se señaló que Lara Méndez ya tendió la mano a la oposición para trabajar de manera "propositiva e conxunta" en favor de la recuperación de la ciudad en su discurso en el debate sobre el estado del Concello. Fue en diciembre y su oferta no tuvo respuesta, recordó.

En aquel debate Méndez explicó las líneas fijadas por el gobierno para la recuperación y defendió que el primer paso pasaba por la aprobación de los presupuestos de 2021, unas cuentas que destacaron por incluir las mayores partidas de la historia de Lugo para políticas sociales, para inversiones y para impulsar la economía, defiende la alcaldía. Sin embargo, recordó, el PP no apoyó aquel proyecto presupuestario y prefirió la política de "confrontación" en una etapa "crucial".

Méndez sostiene que el gobierno siempre estuvo y está abierto a escuchar las sugerencias y proyectos que presenten los grupos políticos si son de interés y se pueden llevar a cabo desde un punto de vista técnico. Sin embargo, dijo que el PP no hace uso de esos mecanismos que permiten fijar estrategias de futuro para la ciudad.

En la alcaldía entienden que prueba de esa falta de implicación de los populares es que nunca presentaron propuestas a la mesa de ordenanzas y que tampoco plantearon ninguna idea a la consulta pública abierta para fijar los criterios que regirán la concesión de licencias.

Por eso, según la alcaldía, si el PP pide un pacto, primero debe mostrar que tiene interés real en pactar, y no solo con el gobierno, sino también con los ciudadanos. Para ello debería empezar, sostiene, por reclamar a la Xunta que cumpla con sus compromisos en la ciudad, como la finalización de la ronda Este o la creación del museo de la romanización en el cuartel de San Fernando.

El BNG, en tanto, sostiene que "o gran pacto pola pandemia foron os orzamentos do 2021 e o serán tamén os do ano que vén".

La tenencia de alcaldía, al frente de la que está Rubén Arroxo, apuntó que en los presupuestos del próximo año se va a tener muy en cuenta la pandemia, porque en estos momentos todo gira en torno a la situación generada por el covid. "Entendemos que eles (por el PP) estaban nese gran pacto", señalaron desde la parte nacionalista del gobierno de Lugo.

Los presupuestos de 2022 van a tener en cuenta los recortes y las consecuencias que tuvo para todos una pandemia con efectos brutales para la población, señalaron desde la tenencia de alcaldía, que entiende que los partidos de la oposición deben estar con el gobierno en ese objetivo.

Los nacionalistas defienden que han estado abiertos al diálogo, "tendo en conta as consideracións de eterna oposición que é o PP neste Concello".

SIN DIÁLOGO. Sin embargo, esa disposición que el gobierno local cree haber tenido tampoco la aprecia el otro partido de la oposición. Así, Olga Louzao, de Ciudadanos, dijo este martes que le encantaría que fuera posible un gran pacto de todos los partidos para afrontar la salida de la crisis del covid, pero admitió que lo ve "difícil, por no decir imposible".

Louzao no ve ánimo de diálogo en el gobierno y dijo que el PSOE ya había mostrado en el anterior mandato esa falta de talante para el acuerdo con otros grupos. A la vez, dijo que el BNG ha sido una "decepción", ya que no ha respondido a las expectativas que crearon de sí mismos ante los ciudadanos antes de las elecciones municipales, pese a que querían dar la imagen de dialogantes y de saber escuchar, opinó la edil.

No obstante las pocas posibilidades de que se vea una mesa de diálogo de la que salgan acuerdos de toda la corporación, Ramón Carballo dijo el martes que "la recuperación tras la pandemia será el eje sobre el que pivoten nuestras propuestas" y añadió que su grupo tenderá la mano al gobierno "para alcanzar un pacto con el que consensuar en dónde canalizar tanto los fondos propios como los que reciben de otras administraciones para llevar a cabo proyectos de recuperación y resiliencia en el ayuntamiento".

Ya pidió como primer paso medidas para la revitalización del comercio y el impulso de la actividad turística, que "deberían ser una prioridad dentro de este pacto". Defendió que hay que preparar el casco histórico para que pueda optar a la declaración como Patrimonio de la Humanidad y opinó que el recinto amurallado no vive su mejor momento por el cierre de negocios, la falta de limpieza y seguridad, el feísmo del cableado aéreo, la falta de avances en el paseo interior de la muralla, las trabas y retrasos en la rehabilitación con un Pepri desactualizado del año 1997 o la pobreza de la política turística" del Concello.

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