Un PP conmocionado debe asumir la difícil sustitución del edil Manuel López

El desafío está, a año y medio de las elecciones, en compensar el conocimiento y la red de contactos del concejal ►Mar Carballas es la siguiente en la lista popular y en el partido avanza la idea de que hay que tratar ya el relevo
Manuel López, junto a Ramón Carballo y Antonio Ameijide, en una de las campañas que promovió por la recuperación de las escuelas rurales. EP
photo_camera Manuel López, junto a Ramón Carballo y Antonio Ameijide, en una de las campañas que promovió por la recuperación de las escuelas rurales. EP

El PP despidió este lunes, aún en estado de shock, a Manuel López. La traumática desaparición del edil ha dejado tocada a la organización, dado que el concejal tenía un enorme peso específico en el grupo municipal, sustentado por su enorme red de contactos y su conocimiento impagable de los vecinos del rural lucense.

La desolación por la pérdida, personal y política, hacía este lunes que el grupo municipal descartara abordar con carácter inmediato la sustitución de López y, de hecho, parece poco probable que haya relevo consumado para el pleno municipal que se celebrará este jueves. No obstante, fuentes de los populares lucenses también asumen que hay que abordar un relevo rápido, dado que hay que "reponerse" del golpe.

La recuperación, con todo, no será fácil. El problema no es tanto incorporar a un nuevo edil al que se reconozca capacidad (la siguiente en la lista de los populares es Mar Carballas) como encontrar una figura que pueda empezar a realizar la labor que hacía López y cuyo alcance era fácil medir, por ejemplo, en las exitosas comidas en las que cada año reunía a cientos de vecinos de las parroquias de Lugo con la cúpula del partido.

Pero más allá de la probable entrada en el Concello de Mar Carballas, socióloga que trabaja como gestora laboral, la clave es quién puede pasar a asumir la dedicación que tenía López y empezar a intentar realizar la función que desempeñaba este.

Para el PP esa sustitución es clave porque queda año y medio para las próximas elecciones municipales y el peso del voto rural es muy importante en Lugo.

Pero el desafío no es fácil. No es ya que Manuel López llevara 14 años al frente de los asuntos de las parroquias, es que el edil asumió esa labor por su profundo conocimiento del mundo rural.

De hecho, había llegado a la política desde Xóvenes Agricultores, donde su trabajo le había mantenido en un contacto constante y estrecho con gran parte de los vecinos de las parroquias. Como gestor de ese sindicato se había dedicado durante años a resolver problemas de los vecinos del rural, motivo por el que gozaba de la confianza de cientos de vecinos.

De hecho, López había empezado a ganarse esa confianza desde mucho antes, pues había empezado su vida profesional en Complesa y, en representación de la láctea, estuvo durante años encargado de negociar acuerdos con cientos de ganaderos. Pese a que ese papel podría haberle señalado como representante de intereses ajenos a los de los ganaderos, él supo ganarse la confianza de muchos profesionales del campo.

Ese aprecio que le guardaban muchos en el mundo rural se volvió a ver este lunes en su entierro, en Barcia, en Navia de Suarna, adonde se desplazó un representativo grupo de vecinos de la zona rural de Lugo. Se le enterró en Navia, de donde era natural, aunque llevaba viviendo en Lugo desde muy joven, ya que llegó a la ciudad para estudiar. Tuvo su primer hogar lucense en el Eijo Garay.

Esos vecinos del rural lucense compartieron el adiós en el cementerio naviego con una amplia representación de la cúpula de los populares lucenses. Acudieron al entierro buen número de los ediles del PP de la capital, encabezados por Ramón Carballo, pero también estuvieron, por ejemplo, Elena Candia, presidenta provincial, o José Manuel Balseiro.

El gobierno municipal estuvo representado por el edil Miguel Fernández, cuyas atribuciones abarcan también la zona rural.


Trauma. Maldición navideña

Los populares han revivido el impacto de la enfermedad de Arcadio Silvosa con otra figura de notable peso político

La muerte de Manuel López Fernández es el segundo episodio traumático que vive el grupo municipal del PP en pocos años. El anterior se produjo en 2012, cuando Arcadio Silvosa sufrió un derrame cerebral que acabó apartándole de la política.

Silvosa sufrió el derrame un 21 de diciembre y esa coincidencia de calamidades en torno a unas fiestas tan especiales hacía que algunos en el PP se lamentaran de esa maldición navideña que les golpea por segunda vez.

La experiencia vivida en el caso de Silvosa muestra, además, que la desaparición de la escena política de un concejal tiene repercusión política de bastante largo alcance para su grupo político.

Se había visto ya esa realidad también con anterioridad en Lugo, en concreto cuando falleció también de forma repentina y muy traumática el concejal del BNG Marcos Cela.

Es cierto que tanto ahora como en 2012 el PP está en la oposición en el Ayuntamiento de Lugo. Pero pese a no tener responsabilidades de gobierno, el papel que jugaban tanto Arcadio Silvosa como Manuel López era muy relevante.

En una fase en la que el PP está asumiendo un papel más propositivo en el Ayuntamiento, que se enmarca en el objetivo de los populares de recuperar el gobierno de Lugo, una prueba de ese activo papel de López se podría encontrar en una de sus últimas propuestas: la demolición de un tapón urbanístico en Satuiños, en Piugos.

El concejal llevó al gobierno local la propuesta de tirar una casa que generaba peligro para los vecinos y lo hizo tras negociar con los propietarios y llegar a un acuerdo para que cedieran el edificio sin otra exigencia que la de que el Concello se ocupara de tirar la casa y acondicionar el terreno para evitar los peligros para el tráfico.

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