El exconcejal de EU en el Concello de Lugo Carlos Portomeñe se sentó este lunes en el banquillo de los acusados del juzgado de lo Penal 2 para responder por un supuesto delito de injurias o calumnias contra el exalcalde José López Orozco. Sin embargo, ante el juez Portomeñe se acogió a su derecho a no declarar para evitar sostener las acusaciones que había hecho en público y ratificado en las fases previas del proceso.
De hecho, su defensa se basó en poner en duda que dichas declaraciones se hubieran realizado nunca tal y como se reflejaron en los medios de comunicación y que, en cualquier caso, estarían amparadas por la libertad de expresión, alegó.
Orozco lo denunció después de que en una rueda de prensa Portomeñe lo acusase de haber presionado al entonces secretario municipal, Luis Regal, para forzarlo a cambiar un informe negativo sobre el PXOM, hasta el punto de hacerlo salir llorando de su despacho. Tanto el exalcalde como el exsecretario negaron este extremo en la vista celebrada este lunes, en la que limitaron sus discusiones a simples desavenencias habituales en el día a día municipal.
El abogado de Portomeñe cuestionó que las declaraciones fueran textuales y luego defendió su libertad para realizarlas
Orozco, que dejaba traslucir la tensión de la situación en el temblor de su voz, llegó a lamentar el daño que le causaron estas acusaciones, pensando "en mis alumnos, en qué dirán cuando ven lo que dicen que es la actitud de su profesor de Filosofía y de Ética".
Ante el silencio de Portomoñe, su abogado trató de poner en duda, primero, que su cliente hubiera hecho esas declaraciones, confirmadas por uno de los periodistas que las escuchó y las publicó, y, después, que las hubiera realizado exactamente en esos términos. Para ello acudió "no al Código Penal, sino a la RAE", porque es "una cuestión semántica" la que separa "presión" de "coacción". "No dijo que López Orozco dijera al secretario municipal: 'O cambia su informe o su familia corre peligro", aclaró el abogado como alegato.
Nuevo juez
Este peculiar juicio supuso una primera inmersión en la peculiar actualidad política y judicial lucense para el nuevo magistrado titular del juzgado de lo Penal 2, Roberto Barba, que este lunes se estrenaba al frente de su sala, procedente de Betanzos, donde ha ejercido hasta ahora.