La Policía vigila de nuevo el entorno del Hula tras la denuncia del miércoles

Los ilegales volvieron a retomar la actividad que dejaron en julio tras una operación policial. Fueron sancionados por invadir la calzada y podrían incurrir en un delito de desobediencia
Coches aparcados junto a la entrada principal del Hula, la zona más cotizada por los gorrillas. PEPE TEJERO
photo_camera Coches aparcados junto a la entrada principal del Hula, la zona más cotizada por los gorrillas. PEPE TEJERO

Agentes de la Policía Local de Lugo volvieron a desplegar el miércoles un dispositivo de vigilancia en el entorno del Hospital Universitario Lucus Augusti tras la denuncia a cuatro gorrillas.

Los policías controlaron las zonas de aparcamiento del centro hospitalario, así como las inmediaciones del recinto, y sorprendieron a cuatro personas haciendo gestos a los conductores para que estacionaran sus vehículos en las plazas libres que les indicaban.

"Los gorrillas", explicó la Policía, "se movían entre los automóviles, por el medio y medio de la calzada, con el consiguiente peligro de atropello, por lo que fueron denunciados".

Los agentes también les comunicaron a estas personas que si continuaban con su actividad podrían ser denunciados por desobediencia. Así, tras las advertencias de las fuerzas y cuerpos de seguridad, los cuatro gorrillas abandonaron la zona.

La presión policial contra los gorrillas -tras un aluvión de quejas de conductores y usuarios del hospital- es cada vez más constante y ha conseguido aminorar el problema, aunque no ha logrado eliminarlo por completo.

A principios del pasado mes de julio, la Policía Local desplegó un dispositivo en el entorno del Hula que se saldó con la identificación y denuncia de cinco personas por invadir la calzada. Esta actuación acabó por convencer a los aparcacoches ilegales de que era mejor cesar en su empeño y dejar de exigir dinero a los conductores en plena vía pública. En aquella ocasión, la Policía Local utilizó incluso varios vehículos camuflados para controlar los movimientos de estas personas.

En el operativo desplegado a principios del pasado julio, la Policía utilizó vehículos camuflados para controlar a los gorrillas

En los días siguientes a esta intervención, los aparcacoches ilegales no hicieron acto de presencia en la zona, por lo que los conductores celebraron durante una temporada la tranquilidad que suponía poder estacionar su vehículo en una plaza libre sin recibir ningún tipo de presión ni coacción.

Sin embargo, la calma duró muy poco y los gorrillas volvieron recientemente a retomar su actividad. Pero si los ilegales no desisten, la Policía Local tampoco, por lo que los agentes continuarán controlando la zona para luchar contra esta práctica con los medios a su alcance, advierte.

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