La Policía Nacional protege a 200 maltratadas y arrestó este año a 60 agresores por acercarse a ellas

Los once agentes de la Ufam ofrecen atención personalizada a las víctimas, un trabajo por el que acaban de recibir el premio Meninas ► La aplicación que valora el riesgo que corren las mujeres estima que el 61% de las denunciantes están en peligro, una de ellas extremo
El subinspector José Carlos Fernández y su compañera Laura. XESÚS PONTE
photo_camera El subinspector José Carlos Fernández y su compañera Laura. XESÚS PONTE

La Policía Nacional protege actualmente a más de 200 maltratadas (212 a fecha de 1 de diciembre) en el municipio de Lugo y detuvo este año a 60 agresores por vulnerar la orden de alejamiento y acercarse o comunicarse con ellas. De este cometido se ocupan a diario los once agentes de la Unidad de Familia y Mujer (Ufam), que ofrecen atención especializada y personalizada a las víctimas, un trabajo por el que acaban de recibir uno de los galardones Meninas que concede la subdelegación del Gobierno en Galicia.

Estos policías son los primeros en asistir a las mujeres que llegan a comisaría para denunciar que han sufrido algún tipo de agresión a manos de su pareja o expareja. José Carlos Fernández García, subinspector de la Ufam, explica que, en la mayor parte de los casos, son las propias afectadas las que ponen los hechos en conocimiento de las fuerzas y cuerpos de seguridad.

"Normalmente", apunta, "la denuncia parte de la propia víctima, pero son delitos públicos, por lo que también se inicia el protocolo a raíz de llamadas de terceros o de intervenciones policiales".

Este protocolo incluye una valoración del riesgo que corren las mujeres, un trámite que se lleva a cabo con un programa informático en base a un cuestionario que se le realiza a la víctima. "Se valoran muchas cuestiones, como el número de agresiones, si hubo o no violencia sexual, si existen lesiones, si el agresor tiene antecedentes por hechos similares, si ambos trabajan o viven cerca, o si alguno tiene problemas psiquiátricos, entre otras muchas cosas", explica el subinspector.

"No es cierto que haya denuncias falsas. Siempre hay algo, un motivo, aunque después no sea tipificado como delito"

Con toda esta información, el programa valora el nivel de riesgo y enmarca a la víctima en una de las cinco categorías posibles: riesgo extremo, alto, medio, bajo o no apreciado. Si el programa determina que no hay riesgo, pero el agente que atiende a la víctima considera que sí, lo puede motivar y modificar, pero siempre para proteger mejor a la víctima.

En el municipio de Lugo, esta aplicación estima que el 61% de las mujeres maltratas están en peligro, ya que sufren algún tipo de riesgo, una de ellas extremo, por lo que la Ufam realiza una vigilancia permanente de esa víctima y controla los movimientos del agresor. En otros dos casos existe riesgo alto; en 36, riesgo medio; en 100, riesgo bajo , y en los 73 restantes, el riesgo es no apreciado. Pero en todos los casos, las denunciantes tienen asignado un agente que se pone en contacto con ellas de forma periódica, con más frecuencia cuanto mayor es el nivel de riesgo.

"Nos pueden llamar las 24 horas del día para lo que necesiten. Normalmente", comenta el subinspector, "nos piden asesoramiento porque tienen muchas dudas y aunque por lo general son aspectos que nosotros no podemos resolver, les indicamos a donde tienen que acudir. También nos piden que las acompañemos cuando tienen que ir al juzgado o a cualquier otro lugar donde puedan encontrarse con el agresor. Cada uno de los agentes puede realizar unos 150 contactos al mes con las víctimas que tiene asignadas".

Los once policías destinados en la Ufam - siete en investigación y cuatro en protección- velan también por el cumplimiento de las órdenes de alejamiento y este año detuvieron a 60 hombres por vulnerarlas. "Alguno ya incumple la orden el mismo día en que se la notifican. En la mayoría de los casos, el maltratador no tiene la intención de hacerle daño a la víctima, sino de hablar con ella para intentar arreglar las cosas o para reprocharle algo, pero en cualquier caso, las víctimas pasan miedo e incumplir una orden o una medida cautelar es delito", apunta.

"Las víctimas tienen asignado un agente al que pueden recurrir las 24 horas. Cada policía realiza unos 150 contactos al mes"

En los casos más graves, el juez puede ordenar que el agresor lleve un dispositivo telemático de forma permanente para controlar que no se acerque a la víctima. Actualmente, en Lugo hay concedidas cuatro pulseras para maltratadores.

El subinspector José Carlos Fernández y su equipo conocen de primera mano la dureza que entraña la violencia de género y no le restan ni un ápice de importancia. "No es cierto que haya denuncias falsas. Siempre hay algo: un empujón, un zarandeo... siempre hay un motivo para iniciar la denuncia, aunque después no sea tipificado como delito", concluye.

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