Un inmueble ubicado en la Rúa Nova, en situación de ruina, sufrió este viernes un intento de okupación por parte de varias personas que trataron de entrar a la fuerza en la vivienda. La rápida actuación de la Policía Nacional evitó el allanamiento.
Tres patrullas policiales se personaron en el lugar tras recibir el aviso por parte de los vecinos, que se habían percatado de que un numeroso grupo de personas había forzado la cadena metálica y su correspondiente candado, que impedían la entrada a la vivienda. Lo forzaron con la ayuda de herramienta de grandes dimensiones, lo que alarmó en la zona.
El propietario del inmueble se personó poco después y los agentes le informaron sobre la posibilidad de presentar la correspondiente denuncia, pero este se negó.
Esta no era la primera ocasión en la que los okupas intentaban acceder a esta casa, aunque el última intento data de hace más de una década. Por su parte, el propietario decidió tapiar ya la entrada a la vivienda para evitar futuros intentos de okupación.
Según relataron algunos vecinos, los presuntos okupas estaban pertrechados con todo tipo de utensilios de limpieza, como fregonas, cubos y escobas, con los que supuestamente se dispondrían a someter al interior de la vivienda a un lavado de cara, pese al estado ruionoso que presenta en la actualidad el inmueble.
REINCIDENTES. Los supuestos okupas son viejos conocidos de las fuerzas del orden, puesto que ya han intentado el mismo método para allanar diferentes propiedades privadas a lo largo y ancho de la ciudad bajo el amparo que les concede una situación que deja desamparados a los propietarios de los inmuebles afectados.
El intento ocurrido en la tarde de ayer en la céntrica Rúa Nova pone de manifiesto que el fenómeno de okupación alcanza a toda la ciudad. Han sido escenarios del problema, entre otras zonas, A Milagrosa, As Gándaras la Praza do Ferrol o más la Avenida de Adolfo Suárez, donde los dueños de dos viviendas sufrieron la intrusión de varios inquilinos que entraron tras forzar las puertas.
Los protagonistas de esos últimos casos fueron desalojados por agentes de la Policía después de una orden judicial, pero el trámite es largo, se quejan los dueños.
