La Policía Local sanciona a ocho gorrillas en una acción con vehículos camuflados

Los aparcacoches ilegales han tomado el entorno del Hula. Las denuncias por amenazas a los conductores suben.
Un gorrilla ejerciendo su actividad en el entorno del Hula. AEP
photo_camera Un gorrilla en el entorno del Hula. ARCHIVO

La Policía Local mantiene la presión sobre las personas que actúan de aparcacoches ilegales en el entorno del Hospital Lucus Augusti, apoyando su vigilancia cotidiana con operaciones específicas de manera regular. Así, agentes de cuerpo de seguridad local identificaron y denunciaron este viernes a ocho gorrillas que detectaron realizando esta actividad ilegal en el entorno del Hula.

En esta ocasión, la Policía Local actuó con coches camuflados, lo que impidió que los sospechosos pudieran reaccionar como en otras ocasiones, cuando se esconden y dejan de actuar al ver los vehículos policiales. Esta es la segunda operación de este tipo realizada por la Policía Local en pocos días, después de la desplegada el 18 de enero, que acabó con la sanción a cuatro gorrillas.

La Policía Local es consciente, en buena parte a través de las llamadas y las denuncias que recibe, del auténtico problema que supone la presencia de estas personas en las zonas de aparcamiento del Hula. Entre otras cosas, porque muchas de ellas no se limitan a pedir un desembolso voluntario a quien quiere estacionar, sino que entran directamente en el terreno de la extorsión e incluso amenazan con dañar los coches de quienes no quieren pagar.

Frenar con multas a unos insolventes 
Fuentes policiales advierten de la dificultad de terminar con estas prácticas, ya que los instrumentos legales que tienen a su alcance son limitados. Por ejemplo, la mayoría de estas sanciones que imponen acaban finalmente en nada, dado que la práctica totalidad de las personas que actúan como gorrillas tienen numerosos antecedentes delictivos y son insolventes, por lo que otro impago más o una visita más al juzgado no ejerce efecto sobre ellas. 

Además, hay ahora más gorrilas que nunca, porque se han apropiado también del aparcamiento municipal del Hula.