La Policía Local detecta unos 20 vehículos al mes con orden de embargo

Una unidad especializada intenta localizar los 300 turismos reclamados cada año por las deudas de sus dueños y logra precintar el 80%. Los agentes repasan a diario los listados que les remite el Concello, la Seguridad Social y el juzgado y llegan a memorizar las matrículas.
Un agente precinta un vehículo. XESÚS PONTE
photo_camera Un agente precinta un vehículo. XESÚS PONTE

Persiguen delincuentes e infractores al volante, pero entre los múltiples cometidos de los agentes de la Policía Local de Lugo figura también la localización de todos aquellos vehículos sobre los que pesa una orden de embargo por alguna deuda del titular. Son unos 300 al año y se precintan alrededor del 80%, lo que se traduce en una veintena de resoluciones al mes.

Para conseguir detectarlos entre los centenares de turismos que circulan a diario por las vías del municipio, la Policía Local cuenta con una unidad especializada, que no se dedica en exclusiva a esta función, pero la sitúa siempre entre sus prioridades.

Sus agentes revisan cada día los listados que les remiten los organismos que dictan el embargo y realizan un minucioso trabajo de memorización. "Nos llegan oficios de varias administraciones, fundamentalmente del Concello y de la Seguridad Social, y también del juzgado. Nos envían el número de expediente, la matrícula del vehículo, el modelo y los datos del titular, y con esa información salimos a la calle a buscarlos. Repasamos los listados todos los días y al final acabamos incluso memorizando las matrículas. Hasta cuando no estamos de servicio vamos por la calle fijándonos en los turismos", explican.

"La gente se confía demasiado; hasta sorprendimos a un joven de Láncara que vino a una quedada de As Gándaras", explican

Esta deformación profesional les ha servido en más de una ocasión para localizar vehículos embargados fuera de su horario laboral. Uno de los agentes detectó un coche con orden de precinto y depósito en medio del aparcamiento de un pabellón de deportes, cuando acudía a un partido de baloncesto, mientras que otro localizó una matrícula conocida en medio del parking de As Termas.

"En los dos supuestos", comentan, "los propietarios residían fuera del municipio de Lugo y era difícil localizarlos, pero llevábamos tanto tiempo buscando esas matrículas que no nos pasaron desapercibidas. En el caso del centro comercial, el afectado se quedó muy sorprendido cuando aparecieron los agentes y les dijo: "¿Pero, cómo es posible que me hayáis localizado en medio de tantos coches si nunca pasáis por aquí si no hay un accidente?".

La Policía Local de Lugo custodia los vehículos precintados hasta su entrega a la administración o entidad que los había reclamado. El precinto consiste en una discreta pegatina de color amarillo, que se coloca en la puerta del turismo e indica que el vehículo no puede ser utilizado. VICTORIA RODRÍGUEZ

 

SORPRENDIDOS. La sorpresa de este conductor no fue una reacción excepcional, ya que pocos afectados reconocen que circulan al volante de un vehículo embargado. "Lo más habitual cuando le comunicamos a un conductor que le vamos a precintar el coche porque tiene una orden de embargo es que se haga el sorprendido. Por lo general", explican los agentes, "nos dicen que no han recibido ningún tipo de notificación y que tampoco son conscientes de que tengan deudas con administraciones o particulares. A veces, cuando ven que les vamos a precintar el vehículo de todos modos, entonces comienzan a recordar".

Los policías lucenses se han encontrado con todo tipo de situaciones a la hora de precintar un turismo. "Obviamente, a los afectados nunca les viene bien quedarse sin coche y muchas veces nos insisten para que demoremos nuestra intervención. Una vez, un chico de Monforte se desplazó hasta la capital lucense para realizar una entrevista de trabajo y tuvo que volver a su domicilio en autobús, ya que tuvo mala suerte y lo descubrimos. También le inmovilizamos el vehículo a un joven de Láncara que vino a una de las quedadas que se organizan en As Gándaras y se tuvo que marchar con un amigo. Dejar a una persona sin su medio de transporte casi siempre es complicado", apuntan, "como una vez que fuimos a precintar un coche y nos encontramos al dueño con la mujer y los niños en el garaje a punto de salir de viaje. No es plato de buen gusto tener que actuar en estos casos, pero es nuestra obligación".

"El dueño de un coche de alta gama nos dijo que le venía mal el precinto porque se iba de viaje y que ya nos llamaba a la vuelta", señalan los agentes

Por lo general, los afectados acaban asumiendo el problema y no suelen protagonizar incidentes, aunque a veces realizan planteamientos rocambolescos. "Hay gente que no puede pagar las deudas y es duro precintarles el vehículo, ya que lo necesitan y ves que atraviesen por una situación difícil, pero también hay deudores que viven a todo tren e intentan eludir sus obligaciones. En una ocasión —recuerdan—, le fuimos a precintar un coche de alta gama a un empresario antes de Semana Santa y nos dijo que le venía mal porque se iba de viaje, que mejor ya nos lo entregaba a la vuelta de las vacaciones. También hay mucha gente que oculta el coche y nos dice que no lo tiene, como un joven que nos explicó que se lo había prestado a un primo de Argentina para recorrer Italia, por lo que iba a tardar en devolvérselo".

Los agentes de la unidad de precintos lidian con todo tipo de excusas y su labor requiere en ocasiones mucha psicología. "Hay que valorar cada situación y entender que quedarse sin coche es un problema para la gente. Hay personas que intentan eludir responsabilidades y otras que no son demasiado conscientes de sus actos. Una vez una señora que tenía el coche embargado también circulaba sin seguro. Cuando le preguntamos, nos dijo que no lo necesitaba porque siempre conducía muy despacio y nunca había tenido ningún golpe". Finalmente, a pesar de las sorpresas y las excusas, casi todas las actuaciones de este tipo se saldan sin incidentes


Pagos pendientes | Desde 200 euros hasta más de medio millón 
Perder el coche por una deuda es más sencillo de lo que puede parecer y no es necesario dejar de abonar grandes cantidades. Tal y como explica la Policía Local, los embargos que ordena el Concello suelen deberse a que el titular no abonó alguna tasa o algún impuesto, como el rodaje o el Ibi, o a que no abonó una multa de tráfico. "En estos casos, los afectados suelen pagar la deuda para recuperar su vehículo, ya que generalmente son cantidades pequeñas", comentan.

Sin embargo, cuando el embargo llega de la Seguridad Social o del juzgado, las deudas suelen ser mayores. "A veces son impagos derivados de subvenciones o deudas con proveedores o con financieras. Nosotros precintamos coches por deudas de cuantías muy dispares, desde 200 euros hasta más de medio millón". 

Particulares y empresas 
Los agentes precintan vehículos a nombre de particulares y también de empresas. "Nos llegan órdenes de precinto y depósito de todo tipo de vehículos, desde coches y motos, hasta excavadoras y camiones. A veces es complicado llevar a cabo la actuación, sobre todo cuando son vehículos de gran tamaño y no aparece el titular", comentan. 

Vehículos transferidos 
En ocasiones, los agentes localizan el turismo embargado, pero ya ha sido trasferido, por lo que investigan cuándo se realizó la transacción para determinar si procede o no llevar a cabo el precinto.

Antes de salir a la calle, los policías revisan los datos que les envían las diversas administraciones y actualizan sus listados. "Es muy importante actualizar nuestra información constantemente, ya que mucha gente salda su deuda y el embargo del vehículo deja de estar en vigor", apuntan. VICTORIA RODRÍGUEZ

"Cuando precintamos coches en los garajes, nos piden discreción"

Cuando los agentes detectan un vehículo sobre el que pesa una orden de precinto y depósito, la forma de actuar es diferente en función del organismo que ordena el embargo. "Cuando es una resolución del Concello, los vehículos son trasladados por la grúa hasta el depósito municipal, en el polígono de O Ceao, pero si procede de la Seguridad Social, entonces se lo comunicamos al organismo y ellos se encargan del traslado, ya que disponen de grúa y depósito propio", señalan los policías. 

Si se trata de un embargo judicial, y no administrativo, el abanico de posibilidades se amplía. "Dependiendo del caso, el vehículo puede ser trasladado al depósito municipal o se le entrega a un depositario, que puede ser la persona que le reclama la deuda al titular o incluso el abogado que lleva el caso. También es habitual que se ordene el precinto del vehículo en el lugar que indique el deudor, generalmente el garaje de su propio domicilio o su empresa", señalan. 

Según el caso, el vehículo se traslada a un depósito, se le entrega a un tercero o se inmoviliza temporalmente donde indique el propietario

En estos últimos casos, los agentes de la unidad de precintos también se han topado con multitud de anécdotas. "Lo más habitual es que el afectado nos pida discreción. Una vez, un propietario nos pidió que esperásemos para entrar, ya que había una vecina en el garaje y no quería que ella nos viera. Nosotros estuvimos haciendo tiempo hasta que comprobamos que no había nadie, pero justo cuando estábamos colocando el precinto comenzaron a llegar vecinos, uno tras otro. Para nosotros tampoco es agradable hacer pasar a la gente por este tipo de situaciones e intentamos hacer todo lo posible para actuar con tacto, pero sin dejar de cumplir con nuestras obligaciones". 

Tras el precinto, el propietario tiene un plazo para saldar su deuda y recuperar su vehículo. Pero si no lo hace, se realizan los trámites necesarios para subastarlo. Tal y como apunta la Policía Local, los turismos que todavía tienen un valor considerable se subastan para seguir siendo utilizados, pero los que ya no sirven para cumplir con su cometido se sacan a subasta en lotes como residuos sólidos urbanos y son adquiridos normalmente por los propietarios de los desguaces. "Muchos de los vehículos precintados ya son demasiado antiguos, ya que hay que tener en cuenta que los procedimientos judiciales son largos. El embargo puede tardar años y el turismo ya ha perdido gran parte de su valor", apuntan los agentes. 

Algunas veces, los afectados tienen suerte, ya que si el vehículo sale a subasta y nadie puja por él, la administración tiene un problema —ya que se encuentra con un gasto, en lugar de un ingreso—, por lo que contacta con el propietario para que lo recoja y se lo lleve. Además, sin singún tipo de coste.

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