Los empleados de oficinas que presten atención al público deben estar atentos para no ser víctimas en su propio puesto de trabajo de una banda itinerante especializada en el hurto de teléfonos móviles, que está actuando desde hace meses en Lugo.
El último caso que ha trascendido tuvo lugar hace unos días en una oficina de las inmediaciones de la estación del tren. Un joven, de entre 25 y 30 años de edad, de tez morena y que iba bien vestido, acudió a ese despacho con la disculpa de solicitar información. Cuando la administrativa que le atendía, que tenía el teléfono móvil encima de su mesa, buscaba documentación para responderle, este colocó los papeles que portaba sobre el celular, lo cogió y lo escondió.
El ladrón se marchó apresuradamente sin que la víctima se percatase de que le había hurtado el teléfono móvil, mediante la técnica del descuido, aprovechándose de la confianza que le daba hallarse en su puesto de trabajo junto a otros compañeros.
Al parecer, los agentes ya tienen identificado a alguno de sus integrantes
Cuando la administrativa se dio cuenta de que le faltaba ese aparato electrónico, el ladrón ya había puesto los pies en polvorosa. La víctima, que había comprado recientemente el teléfono móvil, que está valorado en unos 170 euros, presentó la correspondiente denuncia en la comisaría de la Policía Nacional.
Desde este cuerpo se apunta que se trata de miembros de una banda que se desplazan desde otra localidad a la capital lucense, cometen los hurtos y se suelen marchar. Al parecer, los agentes ya tienen identificado a alguno de sus integrantes.
Aunque en el episodio recientemente denunciado fue un hombre el que protagonizó la sustracción, normalmente estas fechorías suelen ser perpetradas por mujeres.
Los amigos de lo ajeno suelen deshacerse en estos casos de la tarjeta del teléfono móvil y revender el terminal en otras localidades.
