La Policía cree que una banda de fuera de Lugo robó en bares en el último mes

Niega, sin embargo, que la situación sea más seria que otros años tal y como denuncian los hosteleros, que reclaman una mayor vigilancia
El último robo se cometió en el Old Tavern. SEBAS SENANDE
photo_camera El último robo se cometió en el Old Tavern. SEBAS SENANDE

La Asociación de Empresarios de Hostelería de Lugo (Apec) se reunió hace unos días con la subdelegada del Gobierno, Isabel Rodríguez, para trasladar el "estado de alarma" en el que, en palabras de su presidente, Cheché Real, vive el sector ante el "aumento de los robos con fuerza que hemos detectado en el último año". Un incremento que, sin embargo, la Policía Nacional niega en el caso de la capital, si bien reconoce un repunte en el mes de diciembre.

Según explicó a este diario el portavoz de este cuerpo, Manuel Arias, "a falta de cerrar los datos oficiales, en 2019 se produjeron en la capital 34 robos relacionados con establecimientos de hostelería", una cantidad que no supone una variación "notable" con respecto a otros años. No obstante, el subinspector sí anotó "una cifra un poco más alta de lo normal en el mes de diciembre, con once asaltos". Los primeros indicios, señaló, apuntan a que durante algunos días de ese mes "pudo establecerse en la ciudad alguna banda de fuera que aprovechó para dar varios palos".

Pero las cifras del resto del año, insistió Manuel Arias, para nada justifican el estado de alarma de los hosteleros. Un estado, pese a todo, que mantiene Cheché Real y que no circunscribe solo a la capital, sino que extiende a toda la provincia: "La subdelegada nos informó de que faltan efectivos en todos los cuerpos, y nosotros nos hacemos cargo, pero nosotros queríamos hacerla partícipe de nuestro miedo", explicó, para reclamar «más vigilancia y más presencia en las calles, sobre todo en algunos puntos en los que hay muy poca».

Para el presidente de los hosteleros, lo único de la situación que es un factor mínimamente tranquilizador es que de momento "toda ha sido violencia material, no física contra las personas", pero hasta esa sensación comienza a resquebrajarse porque "hay socios a los que ya les han entrado en los negocios y en sus casas. Y cuando ya te entran en tu casa, eso sí que asusta, es como para estar muy preocupados", dice.

Estos robos se dan, además, después de que la mayor parte de los hosteleros ya hayan tomado todas las medidas preventivas posibles, como la instalación de alarmas y cámaras, muebles blindados para las máquinas de vénding o incluso fijar las registradoras con cemento o acero.

Una circunstancia que reconoce la propia Policía Nacional. "La verdad es que lo están haciendo muy bien", asegura Manuel Arias, "poco más pueden hacer. Por eso cada vez van más a por las máquinas de tabaco y las tragaperras, porque el resto está protegido. Muchos dejan la registradora abierta, para que se vea que no hay nada".

En lo que sí insiste el policía es en la importancia de que las empresas de alarmas contratadas no pierdan ni un segundo a la hora de dar el aviso por robo, ya que muchas se demoran con comprobaciones previas, avisando primero al propietario para que este llame al encargado o a los camareros... "La labor de investigación posterior es importante", detalla Arias, "pero lo más eficaz es lo que se hace en el momento. Si podemos reaccionar en tres o cuatro minutos, si no los pillamos in fraganti podemos pillarlos poco después aún con el botín en las manos. Unos pocos minutos son vitales". Las detenciones, asegura, están en cifras parecidas a otros años.

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