"Ante el pitorreo de la compañía, decidí presentar una demanda"

Un abogado lucense lleva al juzgado su caso contra Ryanair: sabía que no iba a ganar, pero al menos quería "presionar contra los abusos"
Cándido Álvarez, ante los juzgados de Lugo. XESÚS PONTE
photo_camera Cándido Álvarez, ante los juzgados de Lugo. XESÚS PONTE

El juzgado mercantil de Lugo acaba de emitir una sentencia que no puede ejemplificar mejor cuál es problema de desamparo que enfrentan muchas veces los usuarios de las aerolíneas. Se da la circunstancia, además, de que en este caso coinciden afectado y abogado. De hecho, esa ha sido la circunstancia clave por la que ha llegado a juicio, porque al cabreo del afectado se le sumó su condición de letrado, por lo que al menos solo tuvo que perder su tiempo pero no más dinero. 

"Pensando sobre el tema", confiesa el protagonista, Cándido Álvarez, "y ante la falta de contestación de la compañía, decidí acabar con el pitorreo con una demanda. Ya sabía que no me iban a dar lo que pedía, pero al menos que sirva para presionar sobre estos abusos". 

El vuelo, Santiago-Bérgamo. La compañía, cómo no, Ryanair. "En mi caso compré unos billetes de todo incluido", cuenta Álvarez, "porque te vas a su página web y dices: ‘Con estos pájaros, mejor comprar un todo incluido para no tener problemas’. Pero tampoco aciertas". Pagó los billetes Flexi- Plus Prioridad, un nombre que "parece la repera, pero no lo es. Te dicen en su web que incluye la facturación gratuita en el aeropuerto. No hacen ninguna especificación, por lo que debes entender que puedes llevar las maletas que quieras. Nosotros llevamos una cada uno, y cuando vamos a facturar nos dicen que hay que pagar 40 euros por maleta". Son 80 que, con los de la vuelta, se convirtieron en 160. 

Álvarez solicitaba los 160 euros de las facturaciones y 891 euros "por daños morales por incumplimiento de contrato"

LA ATENCIÓN, PÉSIMA. El cabreo fue a más cuando fue a reclamar al mostrador de Ryanair: "Ya tienen un personal muy mal encarado, que te da un papelito con una dirección física en Irlanda, un correo electrónico o un teléfono en el que te atiende una máquina que solo le falta decirte que eres tonto". 

Decidió no dejarlo pasar y presentó demanda. Solicitaba los 160 euros de las facturaciones y 891 euros "por daños morales por incumplimiento de contrato", según figura en la demanda, debidos a "las molestias y trastornos al tener que dedicar su tiempo a reclamaciones y quejas" durante sus vacaciones. En esta ocasión, la compañía sí se personó en la causa. Lo hizo para acceder de entrada a pagar los 160 euros, y para oponerse a todo los demás. Esta misma semana se conoció la sentencia que, como esperaba Cándido Álvarez, le da una de cal y otra de arena. 

En la misma, la jueza recoge una sentencia del Tribunal de Justicia de la UE en la que se establece "una nítida separación conceptual entre la molestia consecutiva a los retrasos y el daño moral indemnizable". El fallo aludido dice que "una pérdida de tiempo no es un daño generado a raíz de un retraso, sino que constituye una molestia". Además, se hace referencia a otra sentencia del Tribunal Supremo español en la que "distinguía entre el daño moral con situaciones de mera molestia, aburrimiento, enojo o enfado". 

El único castigo para Ryanair es pagar exactamente lo mismo que si hubiera actuado desde el principio como era su obligación

DAÑO SIN ENTIDAD. Como resultado de todo ello, la jueza concluye que "tener que reclamar a la compañía por el cobro en la facturación no puede considerarse un daño moral de entidad suficiente". Así, condena a Ryanair a devolver a este lucense los 160 euros que le cobró de más por la facturación de las maletas, pero le niega la indemnización. Al no aceptarse la demanda en su totalidad, no hay condena en costas para la compañía. 

De este modo, después de haberse demostrado sin lugar a dudas que Ryanair rompió el contrato de manera unilateral y consciente, el único castigo para ella es ganar exactamente lo mismo que si hubiera actuado desde el principio como era su obligación. No tiene ningún motivo para cambiar su manera de actuar la próxima vez. Los próximos millones de veces.

Las diez del no por el no 
Un informe de AirHelp identifica a las diez aerolíneas internacionales que más reclamaciones rechazan de entrada pese a ser válidas. Se trata, por este orden, de Tunisair, Vueling, Ernest Airlines, Bulgaria Air, Blue Air, Ryanair, Avianca, Air Baltic, Easyjet y Aeroflot Russian Airlines. 

136 
Reclamaciones contra aerolíneas ha llevado Facua Galicia este año entre los 1.663 socios de pleno derecho que tienen acceso a este servicio en la comunidad. De esas reclamaciones, 32 han sido de asociados en Lugo.

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