Piden cárcel a un gestor por estafar a dos lucenses que querían abrir un bar

Les cobró 10.890 euros por obtener una garantía bancaria y no realizó más gestiones

El acusado, en el juicio. VICTORIA RODRÍGUEZ
photo_camera El acusado, en el juicio. VICTORIA RODRÍGUEZ

Un gestor catalán, con iniciales J.A.C.R., podría acabar en prisión por estafar a dos lucenses que pretendían abrir un negocio de hostelería en el casco histórico. Tanto el fiscal como la acusación particular solicitaron este lunes para el hombre una condena de tres años y nueve meses de cárcel, así como que devuelva los 10.890 euros que les cobró por una gestiones que supuestamente jamás llegó a realizar.

Los denunciantes explicaron ayer en la Audiencia que hace cuatro años, a principios de 2014, se pusieron de acuerdo para montar un bar en la Rúa da Cruz con la intención de que lo explotaran sus hijos.

Como conseguir crédito en los bancos les resultaba complicado, un conocido los puso en contacto con la empresa del acusado, con sede en Barcelona, que se dedicaba a tramitar préstamos. Tras mantener varias reuniones, el gestor se comprometió a obtener una garantía bancaria que amparara el crédito que solicitaban los lucenses.

Según argumentó el fiscal, el acusado les dijo que iba a conseguir un crédito de 600.000 euros, la mitad para poner en marcha el negocio y la otra mitad para ingresar como aval en la cuenta de una entidad de crédito.

El acusado les cobró 10.890 euros en concepto de honorarios y las partes firmaron un contrato. Sin embargo, tal y como apuntan las acusaciones, el hombre "no consiguió ningún crédito y tampoco acreditó haber desarrollado ninguna gestión para conseguirlo, permaneciendo el dinero que cobró en su patrimonio, lo que evidencia su inicial intención fraudulenta encubierta bajo la apariencia de dilatada solvencia profesional".

El gestor -que solo quiso responder a las preguntas de su abogada- aseguró en el juicio que realizó todos los trámites a los que se había comprometido. "Se hicieron gestiones con varias entidades y finalmente se preautorizó la garantía bancaria. Para continuar con la operación, los clientes tenían que enviarme la documentación del local y además tenían que hacer un seguro de cambio de divisas, ya que los trámites se realizaban con una entidad con sede americana y el seguro era un requisito obligatorio. Ellos nunca me enviaron los documentos y la operación no pudo continuar por ese motivo", dijo.

Los denunciantes negaron esta versión y señalaron que siempre hablaron de operar en mercados europeos. "Meses después, cuando le pedimos explicaciones, nos dijo que necesitábamos un seguro de cambio de divisas. Fuimos a los bancos y nos dijeron que no era viable, que no se concedían en operaciones de este tipo".

El abogado de los denunciantes apuntó que el acusado "es un pícaro que se sirvió de la necesidad de la gente" y solicitó su condena como autor de un delito de estafa. El fiscal, por su parte, también considera que hay pruebas suficientes para condenarlo. "Se negó a contestar a las preguntas de las acusaciones y más vale que no hubiera declarado, ya que tendría que responder a cuestiones muy comprometidas", zanjó.