Un perro desentierra un cuchillo que podría ser el del crimen de As Gándaras

Un vecino que paseaba a su mascota por la zona avisó a la Policía, que está sometiendo el arma a análisis de ADN
Francisco Javier Belda. VICTORIA RODRÍGUEZ
photo_camera Francisco Javier Belda. VICTORIA RODRÍGUEZ

Un perro que paseaba con su dueño por As Gándaras, en una zona próxima al lugar donde el viernes apareció el cadáver de Clara María Expósito y también cercana a la casa donde residía con sus padres el principal sospechoso del crimen, Francisco Javier Belda Fernández, desenterró un cuchillo que la Policía sospecha que podría ser el que se usó en el asesinato. El arma no había sido localizada en un primer momento en la casa donde vivía la víctima y donde se produjeron los hechos, por lo que los investigadores dedujeron que el autor había tratado de deshacerse de ella.

Este vecino, tras comprobar que su perro había desenterrado un cuchillo y darse cuenta de la trascendencia que podía tener el hallazgo, avisó a la Policía Nacional, que desplazó a agentes de la Policía Científica. Los restos encontrados en el arma han sido enviados al laboratorio para ser sometidos a análisis sanguíneos y pruebas de ADN que puedan arrojar luz sobre el caso.


El principal sospechoso del crimen de Clara María Expósito iba a ingresar hoy en prisión por un delito contra el tráfico

Mientras, Francisco Javier Belda, de 47 años, permanecía este domingo en las dependencias de la comisaría provincial, pendiente de pasar a disposición del juzgado de instrucción 2, que dirige la investigación en funciones de guardia. Los investigadores seguían ayer practicando diversas diligencias y realizando interrogatorios a diversos testigos. El sospechoso, a quien asiste una abogada de oficio, pasará a disposición judicial entre este lunes y el martes.

Belda mantenía una relación sentimental con Clara María Expósito, de 49 años, desde el pasado verano. Fue detenido a media tarde del pasado sábado acusado de los delitos de homicidio, violencia de género y violencia doméstica, después de que la Policía Nacional descartara otras líneas de investigación. La clave, según publicó este diario en exclusiva en su edición de ayer, pudo estar en la confesión que el propio Belda habría realizado a personas de su círculo próximo acerca de lo sucedido el pasado jueves en la vivienda de la víctima en la Rúa da Ferradura, en As Gándaras, a apenas 250 metros de la casa donde el presunto asesino vivía con sus padres.

Según dicho relato, el crimen se produjo durante una discusión entre la pareja, que mantenía una relación marcada por los graves problemas de ambos con el alcohol. En medio de esa discusión, Belda se habría dirigido a la cocina para coger una macheta y un cuchillo, regresó al baño, donde se encontraba ella y le dio a elegir, para finalmente decantarse por el cuchillo: "Le corte el cuello y la sangre hacía chof chof", reconoció literalmente a una persona cercana, esperando de ella una coartada que no obtuvo.

Luego limpió el baño y pasó la noche del jueves allí, hasta que se fue el viernes. Por la noche, la madre de la mujer, que estaba preocupada, se acercó hasta la casa y encontró el cuerpo de su hija. Los investigadores tardaron poco en ponerse sobre su pista y menos aún en localizarlo: estaba muy cerca, en casa de sus padres.

ingreso en prisión. Se da la circunstancia de que Francisco Javier Belda estaba pendiente de ingresar en prisión para cumplir una pena de un año por uno de los múltiples delitos contra la seguridad vial, un ingreso que probablemente se hubiera hecho efectivo hoy mismo después de que se hubiera ido posponiendo gracias a diversos recursos. En las últimas semanas incluso había podido evitar entrar en prisión porque había estado ingresado en el Hula con una neumonía.

Su historial de condenas por delitos contra el tráfico era interminable, tanto por conducir ebrio como por conducir sin carné como por ambas. Según personas que lo conocen, se trata de alguien en quien conviven dos personalidades: una más o menos tranquila que convive sin problemas con su entorno y sus padres, los cuida y los lleva a sus consultas médicas y otra violenta que pierde totalmente el control en cuanto bebe. Y lo hace a menudo.

Como ejemplo, según explicaron a este diario fuentes cercanas a la familia, otro de los casos que tiene pendiente de juicio deriva de unos hechos sucedidos el año pasado. Según parece, Belda quedó con una persona en la Rúa Venancio Senra, en el barrio del Sagrado Corazón, para comprarle un coche. Cuando se vieron, discutieron, agarró un taburete de un bar y le agredió. Le cogió las llaves del coche y se lo llevó. La Policía tuvo que montar una espectacular persecución por la ciudad hasta que lo detuvo.