Perdón, le aseguro que no soy así

La Festa da Carballeira cumple una nueva edición con menos afluencia de universitarios. Durante el día no hubo conflictos más allá de las quejas por gente orinando en los portales
El grupo Lugopatas hasta se trajo un DJ de Ourense que puso a la gente a bailar.
photo_camera El grupo Lugopatas hasta se trajo un DJ de Ourense que puso a la gente a bailar.

Apura el último trago de su segundo botellín de cerveza, agarrado a la barra, no apoyado. "Mire, ¿a la carballeira, por dónde se va?", acierta a preguntar al camarero del bar que está justo debajo de la carballeira, a poco más de 50 metros de la fiesta. Aún vocaliza, con esfuerzo, pero vocaliza: "Es que no soy de aquí y he perdido a los colegas". La fiesta está donde está todo en los bares, según cruzas la puerta, a la derecha. "Gracias", se disculpa antes de salir dando tumbos, "y perdón, le aseguro que yo no soy así".

El camarero asiente satisfecho. "Mirá, son las siete y media y la gente aún da las gracias, pide por favor y mea por dentro. Este año se están portando muy bien, otros años ya habíamos tenido que cerrar". Bueno, mean por dentro los que no lo hacen por fuera, en la calle, junto a los portales, entre los coches, en cualquier lado.

Es verdad, sin embargo, que no se veía mucho descontrol más allá de lo normal en una fiesta en la que cientos de universitarios del campus de Lugo y otros muchos de fuera calientan motores para las vacaciones de Semana Santa.

En la carballeira, el ambiente es el que se puede esperar: universitarios bebiendo, bailando, cantando, vomitando, besándose, llorando, metiéndose mano, divirtiéndose... y dos intercambiando apuntes, tras un árbol de los apartados; es apenas un minuto, y cada uno sale por su lado. "Esto es la leche, es el cuarto año que venimos y cada vez es mejor", explica Guilly de Melo, un DJ que se ha traído desde Ourense un equipo de sonido de los importantes y que tiene bailando delante de su carpa a decenas de chavales. Lo ha contratado uno de los grupos de Veterinaria, Lugopatas, uno de los más organizados de los muchos que se ven con sus camisetas respectivas. Luego editan un vídeo y lo cuelgan en Aftermovie, donde se pueden ver los de las últimas ediciones de la Festa da Carballeira. Esta vez se ha traído hasta un performer, Pulila, que no deja de flipar: "No sé comó no tenemos algo así en Ourense", lamenta.

Ellos aseguran que cada año hay más gente, pero no es eso lo que ven los vecinos de la zona. Igual que en el bar de antes, en los supermercados más próximos al lugar, donde no paran de entrar y salir jóvenes con refrescos y alcohol, también están percibiendo que este año ha habido menos gente. Confirman, además, la ausencia de problemas, "al menos hasta ahora, pero hay que tener en cuenta que es pronto, ya veremos cuando empiece a hacer efecto el alcohol", explica uno de los trabajadores del Froid. "El primer año que abrimos, esto fue una locura", recuerda, "pero este año hay menos movimiento".

Lo que sí se movían eran las vejigas: la mayoría de quejas vecinales que recogió la Policía Local hasta las diez de la noche eran por gente orinando en los portales. Claro, que todavía quedaba mucha fiesta en la carballeira, según se sale, a la derecha.

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