De paseo por el fondo marino

El ingeniero lucense Héctor Salvador forma parte del proyecto que ha diseñado y fabricado un submarino para turistas que es transparente y que baja a 100 metros de profundidad
Héctor Salvador. EP
photo_camera La primera unidad del submarino turístico Triton DeepView 24.

"Es como bucear, pero sin mojarse, ni cargar con botellas de oxígeno. Puedes ir en manga corta, sentado y tomar una copa de cava con la familia, mientras escuchas las explicaciones de un oceanógrafo. No tienes que hacer descompresión, ni tener una gran preparación física para bajar a 100 metros de profundidad". Así describe el ingeniero aeronáutico lucense Héctor Salvador cómo será la experiencia en la primera unidad del submarino turístico que su empresa, la estadounidense Triton Submarines, acaba de entregar a una cadena de hoteles y resorts de lujo en Vietnam.

Héctor Salvador es el director para Europa, Oriente Medio y África de esta compañía, que diseñó y creó el sumergible en sus instalaciones de Barcelona.

Este submarino eléctrico, que es un cilindro transparente de vidrio, puede descender a 100 metros de profundidad durante unas 14 horas. Ofrece una visión de 360 grados del fondo marino, como si de un acuario se tratase.

Este diseño permite que "desaparezca por completo la sensación de claustrofobia", según explica Héctor Salvador, que añade que el límite de 100 metros es porque es donde aún "hay luz, es un fondo colorido, con peces y corales, y no se pierde la referencia visual de la superficie del mar, lo que ayuda psicológicamente".

La primera unidad tiene capacidad para 24 pasajeros -más dos tripulantes-. Mide más de 15 metros de longitud y pesa 55.000 kilos. Es modular, por lo que se pueden fabricar sumergibles de 6 a 66 plazas -de seis en seis-. La compañía tiene más pedidos.

El director de Triton Submarines para Europa, Oriente Medio y África afirma que este batiscafo, que "puede operar en cualquier tipo de mar", permite "abrir el fondo marino al gran público, de una forma completamente respetuosa y sostenible".

El ingeniero lucense asegura que este diseño de última generación supone una reinvención de los submarinos turísticos porque advierte de que la flota actual es "de los años 80" y son modelos con "ventanas pequeñas, que dan sensación de claustrofobia".

Comentarios