Tercer ataque en el PAC de Fingoi: "Pasamos de los aplausos a las pedradas"

El centro médico lucense volvió a sufrir el lanzamiento de otra piedra cuando estaba lleno de gente. Es el tercero en menos de un mes y el personal se queja de gritos y abusos
 
El PAC de Fingoi. AEP
photo_camera El PAC de Fingoi. ARCHIVO

El PAC de Fingoi sufrió este domingo una nueva pedrada, la tercera en menos de un mes. La piedra entró por una ventana de la sala de espera, que se encontraba llena de gente en ese momento. No golpeó a nadie, pero podría haber causado heridos, se lamentaba una sanitaria, que denunciaba que "hemos pasado de que nos aplaudan a que nos tiren piedras".

La Policía acudió al aviso del centro de salud tras esa nueva agresión, pero no localizó al agresor, al que tampoco pudieron llegar a ver los trabajadores del PAC. La situación hizo que se extendiera la sensación de impotencia entre el personal del centro, ya de por sí agotado tras dos años dándolo todo por la pandemia.

El centro de salud no tiene cámaras de seguridad ni servicio de vigilancia privada y las piedras —durante el último mes hubo un día en el que también les lanzaron un palo— han venido a colmar el vaso de la paciencia de los trabajadores, que denuncian que sufren continuas agresiones verbales y gritos de los pacientes.

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"La gente está rebotada, pero nosotros llevamos dos años al pie del cañón", decía una trabajadora, cansada de soportar las malas maneras, cuando no las agresiones verbales, de pacientes. Los gestos de mala educación se multiplican y llegan de usuarios de todas las edades y condiciones, contaba.

Muchos pierden los nervios porque consideran que deben esperar demasiado tiempo a ser atendidos y una trabajadora del centro de salud reconocía que este domingo había que aguardar hasta tres horas.

Pero no había forma de paliar esa demora porque hubo una avalancha de pacientes. Acudieron este 2 de enero a Fingoi cientos de personas y aunque es un PAC no todas iban por una urgencia médica. En lugar de acudir a Sanidade, donde está habilitado el centro de realización de test de antígenos, mucha gente acudió al centro de Fingoi para que se le hiciera la prueba. 

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"No damos abasto", decía una sanitaria, que decía que era inevitable que la gente tuviera que esperar ante la avalancha de pacientes, ello a pesar de que se habían reforzado los equipos y este domingo había cuatro médicos y cuatro enfermeras trabajando, además de otros tantos profesionales en el servicio de administración. Se trata de dos equipos más de los que hay a diario y uno más de los habituales durante los fines de semana.

Ese refuerzo se quedó lejos de ser suficiente para atender a una auténtica avalancha de pacientes. Y a los que llegaban al PAC había que sumar las asistencias domiciliarias que hubo que atender, explicaba una sanitaria.

Hubo urgencias, pero el grueso de los usuarios a los que se atendió eran personas que querían saber si tenían covid. Y mucha gente estaba dando positivo, mientras que otros, confesaban los sanitarios, acudían para descartar la enfermedad.

Tras la pedrada, el desánimo acabó por extenderse definitivamente entre los trabajadores, algunos de los cuales se lamentaban de la falta de responsabilidad de muchos ciudadanos.

A pesar del tiempo de pandemia transcurrido, se quejaban, hay todavía gente que ignora las normas elementales, como usar la mascarilla, guardar la distancia de seguridad con otras personas o limitar los contactos a grupos burbuja. Muchos se saltan las normas y atacan "a los que estamos salvando la situación", decían.

La piedra arrojada al PAC de Fingoi. EP

Voluntad de hacer daño
La pedrada se produjo sobre las cinco de la tarde, cuando la sala de espera estaba llena. La piedra, con forma muy afilada, parecía buscada para hacer daño. Como en ocasiones anteriores, la piedra se arrojó a través de una ventana.

Las normas del covid exigen asegurar la ventilación, de modo que el PAC mantiene abiertas ventanas, pero ayer estaba abierta en batiente. Eso supone que el agresor tuvo que hacer el lanzamiento desde muy cerca y con bastante fuerza. Logró el objetivo de causar inquietud, pero ninguno de los pacientes que estaban en la sala resultó herido. 

El personal del centro tampoco logró ver al agresor, que debía ser alguien joven porque huyó con rapidez. Tampoco saben si el objetivo es meramente vandálico o si actúa más de una persona.

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