Una pareja lucense, atrapada en Ucrania con su hijo, nacido de un vientre de alquiler

Un cambio de normativa impide a estos padres viajar a España con el recién nacido

Ucrania es uno de los pocos países de Europa donde la gestación subrogada está regulada por ley y permitida para extranjeros
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Una treintena de familias españolas –entre ellas al menos una lucense– están atrapadas a día de hoy en Ucrania con sus bebés nacidos en este país por gestación subrogada por la negativa de las autoridades consulares de España a tramitar la inscripción en el registro civil de los recién nacidos. Los padres de Lugo llevan en territorio ucraniano desde julio y ya han pedido la excedencia en sus trabajos ante la posibilidad de que se demore su caso.

El Consulado de España dejó de tramitar la documentación de los bebés nacidos por gestación subrogada el pasado 5 de julio, con el pretexto de que las pruebas de paternidad violan la nueva Ley de Protección de Datos de la Unión Europea (UE), en vigor desde mayo pasado.

Las autoridades españolas argumentan que el ADN es un material sensible que no puede ser tomado de acuerdo a la nueva normativa europea. Hasta este momento solo era necesaria una muestra de saliva del padre y del recién nacido para cotejarlas y que fuese inscrito como ciudadano español de pleno derecho una vez comprobado la filiación. Tras esto, la madre española tenía que pedir la adopción para constar también como progenitora del bebé.

PAREJA DE LUGO. Una de las pareja que se encuentran atrapadas en estos momentos junto a sus hijos recién nacidos en Ucrania es lucense, como ha publicado este miércoles Faro de Vigo.

Los padres, que prefieren mantenerse en el anonimato, llevaban años agotando todas las vías posibles para tener descendencia, tras lo que recurrieron a "la última bala", que fue recurrir a un vientre de alquiler para tener el tan ansiado hijo.

Con lo que no contaban es con este cambio de normativa, que les ha obligado a permanecer en suelo ucraniano desde el pasado mes de julio.

La pareja, como publicó Faro, incluso ha pedido la excedencia en sus respectivos trabajos hasta diciembre ante la certeza de que se alargue el procedimiento.

SOLUCIÓN. Esta pareja, y el resto de españolas que se encuentran en idéntica situación, tienen como posible solución la de pedir la nacionalidad ucraniana del recién nacido, con la cual podrían viajar con él a suelo español.

Una vez aquí se procedería a realizar el mismo trámite explicado anteriormente, en el que el progenitor demuestra por vía judicial su filiación por medio de una prueba de paternidad y su pareja, la adopción. Sin embargo todo ello puede tardar en materializarse varios meses.

UCRANIA. En diciembre pasado, España desaconsejó formalmente a las parejas que buscan tener un hijo por gestación subrogada viajar con este propósito a Ucrania, un país que se está consolidando como destino frecuente en busca de los llamados "vientres de alquiler".

Ucrania es uno de los pocos países de Europa donde este método reproductivo está regulado por ley y permitido para extranjeros.

La embajada de España en Kiev advirtió en diciembre que esta práctica no tiene cabida en el ordenamiento jurídico español, quedando como única alternativa la de obtener la ciudadanía ucraniana para los bebés y llevarles a España con un visado.

Cada vez son más las parejas extranjeras que acuden en busca de una gestante ucraniana por el precio menos costoso del proceso en el país eslavo en comparación con otros, como Estados Unidos, el Reino Unido o Canadá, donde el procedimiento también es legal y es un juez el que acredita la paternidad, sin pruebas de ADN ni conflictos con el reglamento europeo.