La pandemia acentúa la necesidad

Sus efectos se reflejan en el número de personas que ejercen la mendicidad en Lugo
Una persona ejerce la mendicidad en las calles de Lugo. XESÚS PONTE
photo_camera Una ejercen la mendicidad en las calles de Lugo. XESÚS PONTE
La pandemia no ha hecho más que acrecentar las necesidades de las personas que precisan la solidaridad de los demás para salir adelante. Gente de diversos estratos sociales que empujados por las condiciones de la vida, por alguna desgracia familiar o por problemas de salud se han visto en la tesitura de ocupar un lugar en la vía pública donde pedir una ayuda económica que les ayude a subsistir hasta que sus condiciones vitales mejoren.

Así las cosas, la pandemia, el aumento de los ertes y despidos y el cierre de diversos comercios y empresas ha contribuido a que el número de personas que se ven obligadas a recurrir a la mendicidad en la ciudad de Lugo haya aumentado en los últimos meses.

Las puertas de acceso a la muralla cercanas al centro histórico suelen ser paradas habituales de estas personas. Lugares donde reciben los donativos de ciudadanos anónimos que ayudan con la voluntad. La llegada del frío y la lluvia recrudeció la situación de desamparo de la gente que se ve obligada a esperar la ayuda del prójimo, sentadas en el suelo.

Muchos de estos ciudadanos, que no pasan por la mejor situación económica, son fácilmente reconocibles por los carteles que portan con los que solicitan la colaboración de los demás bajo un par de frases aclaratorias.

María, nombre ficticio, es una súbdita rumana que desembarcó en la ciudad de la muralla hace seis años. El reflejo de sus ojos azules no se ha apagado. Se mantienen brillantes y a la expectativa. Como sus esperanzas de encontrar un futuro laboral estable, que se vieron truncadas por el protagonismo del covid-19.

Su currículo laboral pasa por empleos en la hostelería donde alternó demasiados contratos temporales, y en el servicio de limpieza doméstico, oficio que aún desempeña por horas. "Trabajé durante algunos años en la hostelería en algunos pueblos de la provincia y más tarde me vine a Lugo", relata con semblante circunspecto.

Gracias a la labor de Cruz Roja Lugo y los servicios sociales municipales, las personas con menos recursos afrontan el futuro en busca de una segunda oportunidad.

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