Palmas para Jesús en Viveiro

La Praza Maior vivariense se llenó de familias enteras para ver la llegada de La Borriquita. La procesión del Ecce Homo, compuesta por cuatro pasos, cerró el Domingo de Ramos
Paso de La Borriquita en la Praza Maior de Viveiro
photo_camera Paso de La Borriquita en la Praza Maior de Viveiro

El Domingo de Ramos sigue siendo, por antonomasia, el día de los niños en la Semana Santa. No había más que ver este domingo la Praza Maior de Viveiro, en la que se congregaron familias enteras para ver la llegada de la procesión de La Borriquita, que partió como es habitual de la iglesia de San Francisco. La vistosidad de las palmas que abren el camino al paso hasta la plaza hace de esta procesión una de las más entrañables.

El paso en sí, restaurado en 2012 y que incluye niños y una cría de burro, contribuye a crear ese ambiente infantil en la procesión, que tiene en la bendición de los ramos uno de los momentos más especiales. El sacerdote recorre la plaza tirando agua bendita para que nadie se quede sin bendecir y aunque insiste en que aunque no caiga agua la bendición es la misma, no hay niño ni mayor que no quiera ser tocado por unas gotas. Tras la bendición, la misa se celebra en San Francisco.

La vistosidad de La Borriquita contrasta con la austeridad de la procesión del Ecce Homo, que parte a última hora de la tarde también de la iglesia de San Francisco. Procesionan cuatro pasos con algunas de las imágenes más antiguas de la Semana Santa vivariense: el Ecce Homo de los franceses, la Coronación de Espinas o El Sentao y el Cristo de la Vera Cruz, todas imágenes del siglo XV. Tras ellos la virgen Inmaculada Dolorosa, del siglo XVIII.

A diferencia de con La Borriquita, en la que los llevadores llevan la cara descubierta, los portadores de estas imágenes ya se cubren con los capuchones típicos de esas fechas, lo que da un mayor recogimiento a la procesión. Además, lejos de la euforia de los ramos, con los que se revive la alegría por la entrada de Jesús en Jerusalén, en el Ecce Homo, el silencio forma parte de la comitiva. A pesar de no ser tan multitudinaria como la de los ramos, la gente también llenó la Praza Maior para ver al Ecce Homo, que cerró los actos del Domingo de Ramos en la ciudad.

OTROS PUNTOS. En la comarca también hubo otras celebraciones. Así, en San Martiño de Mondoñedo, en Foz la bendición fue en la plaza de la basílica y desde allí se procesionó hasta el interior del templo. En Burela la procesión salió de la Praza da Mariña y recorrió el centro de la localidad hasta la iglesia, donde fue la bendición. Y en Ribadeo, los ramos se bendijeron en la Praza de Abaixo.

En Mondoñedo los actos estuvieron presididos por el obispo y, junto con Viveiro, es el único lugar donde también procesiona el Ecce Homo.

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