Ni las lentillas se libran de la crisis de suministros, que tantos sectores vienen sufriendo desde que se levantaron las restricciones durante la pandemia y que se agudizó con el estallido de la guerra de Ucrania en febrero pasado.
Hay lucenses que tienen que esperar un mes para que su óptica le pueda servir la lente de contacto que precisa.
Las explicaciones que están recibiendo los establecimientos por parte de los laboratorios no les aclaran a qué se deben los problemas de abastecimiento. "Nos dicen que se deben a roturas de stock y retrasos en los envíos y procesos de producción", afirmaba este martes el óptico y optometrista Jorge Donís.
Este profesional lucense cree que esas demoras se deben, por una parte, a que no se fabrican envases suficientes para las lentillas, que son especiales pues tienen que ser herméticos y estériles, y, por otra parte, a que los laboratorios están concentrando los envíos para abaratar así los costes ante el incremento de los precios de transporte por la subida de los carburantes.
"Viene un cliente a por una lentilla con una graduación y a lo mejor la tenemos en tres días y al rato entra otro por la misma, pero con más graduación, y tiene que esperar un mes", explicaba Jorge Donís, que añadía que productos que encargaron "estos días no nos los servirán hasta diciembre".
Los retrasos no son en unas lentes de contacto determinadas ni afectan a todos los proveedores por igual, según advierten desde las ópticas lucenses.
Una afectada aseguraba que su establecimiento le está obsequiando con lentillas de cortesía para aliviar el trastorno que le supone la espera mientras aguarda a que le sirvan las que tiene encargadas "desde hace semanas".
Otro óptico lucense recomienda a los usuarios que sean "más previsores", por lo que propone que realicen pedidos de "más cantidad, en vez de para tres meses, para seis" o "con más antelación".