Oposiciones, un trabajo duro cuya línea de llegada fue aplazada por el coronavirus

Estudiantes lucenses se enfrentan a una suspensión de los exámenes que supone un duro revés para este colectivo
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photo_camera Imagen de unas oposiciones en Silleda. ARCHIVO

Opositar es una carrera de fondo, sin vacaciones pagadas para desconectar, sin un sueldo que premie a corto plazo cada minuto de trabajo. Es una inversión a largo plazo, donde realizar un servicio público es el objetivo de noches en vela, mañanas de café, tardes de encierro en una sala de cualquier biblioteca o entre las cuatro paredes de la habitación. Esa meta, aprobar un examen, queda un poco más lejos para los opositores lucenses. La crisis del coronavirus y el estado de alarma decretado por el Gobierno aplazó los procesos de selección para convertirse en funcionarios, una decisión que supone un revés para estudiantes y academias, que verán reducidos sus ingresos.

La batalla más dura en la que pelear tiene a la incertidumbre como peor enemigo. No tener el momento de la verdad, el examen, en la diana supone el principal problema.

1c1c6d0c-f06a-469c-805c-d4304c2ddfa1"La incertidumbre en la que vives ahora mismo mina mucho. Es algo que a nivel mental exige, porque tú tenías fijada una meta y ahora te la cambiaron y no sabes cuándo te van a fijar las fechas ni nada", afirma Hugo García Varela (en la imagen), opositor a subalterno de la Xunta.

"La suspensión del examen te afecta porque tenías todo programado para el estudio, más los nervios de las últimas semanas antes de los exámenes y todo esto te cambia los planes. Parece que no da llegado el final. Ahora tienes que reorganizarte, pensar que esto va a durar más de lo que tenías previsto desde hace meses o incluso años... Y tomarlo con filosofía", destaca Laura Vázquez Capón, que estudia oposiciones para Tramitación Procesal y Auxilio Judicial.

"Haber habrá oposiciones, pero no sabemos cuándo. Hablaba estos días con amigos y nos decíamos: ‘hay que estudiar’, pero ¿Para qué día, para qué mes, para qué año?", comenta Ana Fernández López, que estudia para ser profesora de Tecnología.

83ca295e-df43-4c12-a823-fcd0d2af5da2CIERRES. El cierre de las academias y las bibliotecas por el estado de alarma es un problema añadido a la suspensión de las oposiciones, porque limita el estudio y la preparación de unos exámenes sin fecha fijada. "Es un problema porque ya tenía hecho mi horario de mañana y tarde, como si fuera un trabajo. Estaba acostumbrada a estudiar en la biblioteca y es un poco de trastorno. Con las academias dejas de ir a clase y de poder organizarte por tu cuenta. No sé si alguna academia hace clases online para ayudar en la preparación", dice Laura Vázquez (en la imagen).

"Yo estaba yendo a Vigo todos lo viernes. El viernes el profesor dio clase igual y la envió grabada por vídeo. Pones el dinero, pagas y ahora cierran, es un problema que esté todo paralizado", manifiesta Ana Fernández.

"Lo que más me afecta es el cierre de la biblioteca de Intercentros, que es donde yo voy a estudiar. Esto es lo que me va a alterar más la rutina", indica Hugo García.

Las academias de formación, un sector en riesgo

Si el aplazamiento de las oposiciones supone un problema importante para los estudiantes, también lo es para las academias de preparación de los exámenes, para las que el parón obligado por el estado de alarma puede poner en riesgo su viabilidad, ya que en su mayoría son pequeñas empresas.

91ad7cf8-8067-4ce4-a82f-7adeb1f35ce0"La incertidumbre de cuándo podré abrir mi negocio de nuevo es un problema fuerte para nosotros. Probablemente perderemos clientes, porque lo que hoy tienes asegurado, aunque sea con responsabilidad y trabajo, pues dentro de un tiempo las personas cambian y lo que hoy quieres hacer o te servía mañana no, que es algo que yo entiendo perfectamente", afirma Carmen Salgado (en la imagen), responsable de la Academia Athenea.

Salgado reclama ayudas del Gobierno más allá de la aplazar la cuota de autónomos. "Creo que eso no es suficiente. Ese pago aplazado ayuda, pero necesitamos más cosas, porque nosotros si no trabajamos no cobramos, pero tenemos que seguir pagando religiosamente los impuestos. Debe haber incentivos, ayudas o bien que eliminen algún impuesto y que no sea un golpe tan drástico. Nosotros somos empresas pequeñas que se necesitan en nuestras localidades. Somos los más afectados", añade esta empresaria.

Menos problemas con el estudio
c9a97bd4-ca37-4a04-abae-782319945482La cuarentena no será tanto problema para un colectivo, el de los opositores, destinado al encierro diario durante horas. "Yo estudio en casa, por lo que como ya tenía aislamiento de antes el actual no me afecta tanto", dice la estudiante de oposiciones Ana Fernández (en la imagen).
Sin lugares de ocio
Con la cuarentena será difícil encontrar formas de romper con la rutina. "El ratito que tenía para estar con amigos, para desconectar haciendo deporte o bajando al campo a ver el Lugo, me cambió del todo. Tengo que buscar alternativas de romper con la rutina", explica Hugo García.

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