Del olvido a una lenta reconversión

Lugo se empeñó desde inicios de este siglo en recuperar el degradado barrio de A Tinería, pero la prostitución fue un lastre en el objetivo

La recuperada fuente de A Pinguela. AEP
photo_camera La recuperada fuente de A Pinguela. AEP

Lugo volvió a fijar su mirada en A Tinería a principios de este siglo. Arrancó entonces la urgencia por rehabilitar el casco histórico de una ciudad bimilenaria custodiada por una muralla declarada Patrimonio de la Humanidad.

Y en ese objetivo, A Tinería era prioritaria, primero por el valor excepcional de muchos de sus edificios, venidos a menos, y, segundo, porque la degradación había llegado a tal extremo que había ya riesgo de que muchas de esas casas acabaran derrumbándose.

El deterioro se había extendido durante décadas como una gangrena por un barrio realmente singular, que guarda algunos de los edificios más importantes del centro de Lugo y el empeño por llevar adelante la rehabilitación se topó una y otra vez con las reticencias de los ciudadanos a volver a tomar posesión de una zona marcada durante tanto tiempo por la marginalidad.

La prostitución ha sido santo y seña del barrio desde que, hace en torno a un siglo, muchas de las familias principales de Lugo, que vivían allí, lo fueron abandonando, en muchos casos porque se marcharon de Lugo o, incluso, de Galicia.

A Tinería se convirtió en barrio chino y los lucenses dejaron de frecuentarlo. Ese tabú no se ha roto aún de todo, por mucho que se hayan abierto allí negocios en los últimos años.

La pervivencia de la prostitución acabó convirtiéndose en un martirio para empresarios que decidieron abrir allí un negocio. Hace poco, uno de ellos comentaba que era imposible que ningún local funcionara en horario diurno, que es cuando las mujeres hacen la calle en la zona.

Esa sombra también ha afectado al uso residencial. Quedan muchas casas en ruinas, pero la Xunta ha ido rehabilitando muchas otras. Sin embargo, algunos de los inquilinos a los que la Xunta ha ido entregando casas allí han acabado por marcharse. El ambiente, alegaban, no era el adecuado para una vida en familia.

La lucha por la normalización de A Tinería promete que aún va a ir para largo. Sigue habiendo prostitución en la calle, pero también es cierto que la progresiva llegada de turistas ha hecho mella en ese negocio.

De hecho, ese mercado de la carne humana ha acabado por saltar al otro lado de la Ronda. Es ahora en la zona de O Carme donde se hace más visible para muchos lucenses la presencia de las mujeres que ejercen la prostitución.

El negocio se ha ido a otra zona degradada y olvidada. Y empieza ahí otra batalla para Lugo, sobre todo porque O Carme es otro de los puntos en los que ha puesto su mirada ahora la ciudad.

Y es que el plan Muramiñae, financiado por la UE tiene entre sus objetivos la recuperación de este histórico barrio.

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