El servicio de Oftalmología del Hula acaba de incorporar una nueva tomografía de coherencia óptica (OCT según sus siglas en inglés), que se usa para el diagnóstico de la degeneración macular, enfermedad muy prevalente que supone una de las tres causas más frecuentes de ceguera en el mundo occidental. Se trata del tercer equipo con el que cuenta el servicio, lo que permite, al aumentar la capacidad diagnóstica, hacer más pruebas y reducir la lista de espera.
Ricardo Santamarina, jefe del servicio, explica que este nuevo equipo no solo facilita una mejor imagen, una más clara del fondo del ojo, sino que además es susceptible de actualizaciones y ampliaciones en el futuro para incluir nuevas aplicaciones, como la de la angiografía.
Recuerda que la degeneración macular es una enfermedad asociada a la edad, que se puede manifestar antes pero que aparece con mayor frecuencia a partir de los 65 o 70 años. En el caso de Lugo, el servicio del Hula diagnostica alrededor de 80 casos nuevos al año.
Uno de los síntomas característicos y ante el que hay que estar alerta es la pérdida de visión central, con visión borrosa y, por ejemplo, dificultad para leer. "Es una enfermedad que afecta al centro de la retina", dice el doctor Santamarina. Si se deja evolucionar sin tratamiento avanza hasta que la persona tiene una pérdida de visión muy significativa. No llega, sin embargo, a una ceguera total, pero sí a una muy importante.
Otro síntoma que puede advertir de esta enfermedad y ante el que se hace necesario consultar a un oftalmólogo es la percepción de las líneas rectas como curvas o los objetos como torcidos.
Lo más habitual es que tenga una presentación progresiva, que el paciente observe una ligera pérdida de visión central, por ejemplo, que vaya aumentando con el paso del tiempo. Pero la aparición también puede ser súbita si, por ejemplo, se produce un sangrado en la mácula.
La OCT sirve tanto para diagnosticar la enfermedad, como para observar qué grado de degeneración presentan, pero también para comprobar si el tratamiento está siendo efectivo.
Este consiste en la inyección intraocular de un fármaco, que se debe reaplicar con la periodicidad que resulte necesaria. "Esta es una enfermedad crónica y el tratamiento normalmente tiene que repetirse", recuerda el doctor Santamarina, que explica que detiene la evolución temporalmente, pero no la revierte. "La media de inyecciones anuales que recibe cada paciente por ojo afectado es de cinco", apunta.
Que la degeneración macular es una enfermedad que afecta a muchos al llegar a la sesentena, lo demuestra hasta qué punto ocupa a los servicios de Oftalmología. "En el año 2020 administramos 4.000 inyecciones de estos tratamientos y la previsión para el 2021 es de 4.300 o 4.400", apunta el jefe de servicio. Ese volumen aumenta cada año al incorporar nuevos pacientes diagnosticados.
PANDEMIA
Cuatro consultas por la tarde
Más de 45.000 consultas
El servicio cuenta en la actualidad con 18 facultativos especialistas y cuatro médicos residentes. Se prestan más de 45.000 consultas anuales en un año de actividad normal. Por ejemplo, en 2019 fueron 47.592.
Metodología
Lean El servicio está formándose estos días para implantar la llamada metodología Lean, un sistema de optimización que tiene como objetivo eliminar acciones que no aporten valor añadido.
