Las consultas de los dentistas se han vaciado, pero los profesionales siguen al pie del cañón, por obligación pero también por compromiso. “Seguimos abiertos, pero con el criterio de atender solo las urgencias”, explica Manuel García Rielo, que dice que los odontólogos viven un momento complicado, pero también tienen la “obligación ética” de atender urgencias como procesos infecciosos o traumatismos, porque con ello evitan que los pacientes tengan que acudir a los centros de salud, evitando riesgos y contribuyendo a no saturar el sistema sanitario.
Pero trabajar no es fácil tampoco estos días para los odontólogos, que han visto volar muchos de sus medios. “Vino la Guardia Civil a recoger material y nos quedamos con lo mínimo para atender urgencias”, detalla. Así, asegura que hay profesionales que necesitan mascarillas y pantallas para atender “con seguridad” a los pacientes, más cuando su actividad genera la dispersión de muchos aerosoles en el aire.
“Podemos ser foco de contagio y necesitamos protección”, cuenta el odontólogo
Por ello, las medidas de prevención son estrictas y, por ejemplo, se dejan pasar horas entre una visita y la siguiente para asegurar la desinfección de las consultas y se hace criba telefónica para comprobar qué casos son urgentes, explica.
Y es que se sienten expuestos. “Podemos ser foco de contagio y necesitamos protección”, cuenta el odontólogo, que dice que por ese motivo solo se atienden estrictamente las urgencias. A modo de ejemplo, cuenta que lo normal era que por su clínica pasaran a diario de 60 a 70 pacientes y ahora a lo mejor ve a seis a la semana.
Ese parón, reconoce, genera inquietud en el sector, ya que el grueso de los trabajadores permanecen en casa, pero las clínicas, al estar abiertas, siguen generando gastos que muchos profesionales no ven cómo afrontar.
Él, de hecho, vaticina que “caerán” muchas clínicas si esta situación se mantiene y no se abre la posibilidad a ajustes como los que ya están haciendo otros sectores.
