Un ocaso que llega cargado de esplendor

El otoño está ya bastante avanzado en los árboles, pero aún así la ciudad sigue ofreciendo un espectáculo de color, además de frutos
Vistas del colorido que provoca el otoño en Lugo. SABELA FREIRE
photo_camera Vistas del colorido que provoca el otoño en Lugo. SABELA FREIRE

El otoño lleva semanas convirtiendo parques y calles en un espectáculo asombroso, por mucho que se repita cada año. La variedad de especies arbóreas plantadas en la ciudad permite que los colores más intensos adornen los paisajes urbanos, especialmente bellos en los días soleados.

Amarillos, ocres y rojos adornan los árboles todavía, aunque muchos han ido ya perdiendo la hoja durante los últimos temporales. El colorido de los árboles permite disfrutar del otoño sin necesidad siquiera de salir de la zona urbana de la capital.


Foto: VICTORIA RODRÍGUEZ

Si bien Lugo está rodeada de bosques, que en estos momentos ofrecen una de sus caras más bellas de todo el año, muchas veces es en la propia ciudad donde más brillo tiene el otoño. Y ello se logra gracias a las especies que a lo largo de décadas se fueron eligiendo para llenar de naturaleza las calles y los parques urbanos.

Así, a las especies autóctonas se suman otras como los arces y los robles americanos, que compiten en vistosidad en esta época del año.

El otoño, como la primavera en realidad, es especialmente bello en ciertas calles de la ciudad, como la Ronda do Carme o Carvalho Calero (frente a Veterinaria) o muchos tramos de las avenidas de Magoi o de Infanta Elena.

Árboles como los prunos son responsables de buena parte de ese esplendor otoñal del que se puede disfrutar en muchas calles, pero no solo los árboles provocan el espectáculo y, como cada año, uno de los mejores espectáculos es el que ofrece la hiedra que cae en cascada por los muros de las Cuestas del Parque y de cuya vista se disfruta plenamente desde la Ronda República Argentina.

Si en las calles los árboles asombran, es en realidad en los parques donde la combinación de colores otoñales se hace más vistosa. Y ahí destaca sobremanera el parque de Rosalía de Castro, ya que es el de mayor variedad de especies de toda la ciudad.

Foto: BRAIS LÓPEZ HORTAS

El antiguo parque se concibió siguiendo esquemas clásicos y buscando la mayor variedad y singularidad biológica y eso le da un belleza distintiva entre todos los de la ciudad, que hace que en otoño, igual que sucede en primavera, un paseo por él se convierta en todo un capricho para los sentidos.

En tanto, en muchos rincones de la ciudad y en los bosques que rodean la capital hay otras recompensas. A los colores, y también los olores, únicos del otoño, se une en estos momentos la posibilidad de disfrutar de la recolección de frutos. Setas, para los que entienden, o castañas están entre los productos más a mano esta temporada. En algunos casos están tan placenteros para la recolección que hasta en el entorno del campus, por ejemplo, se pueden recoger castañas extraordinarias.

Comentarios