Las obras de peatonalización en A Mosqueira adquieren ritmo tras un verano al ralentí

El área de movilidad mantiene que se quiere cumplir el plazo de ejecución de 8 meses
Tres máquinas trabajan en la Ronda da Muralla en A Mosqueira. XESÚS PONTE
photo_camera Tres máquinas trabajan en la Ronda da Muralla en A Mosqueira. XESÚS PONTE

Las obras para peatonalizar la Ronda da Muralla en el tramo de A Mosqueira ya marchan al ritmo debido, después de la ralentización que sufrieron entre junio y agosto. El área de movilidad y transportes del Concello de Lugo mantiene que se quiere cumplir el plazo de ejecución previsto, que es de ocho meses, por lo que deberán estar finalizadas a principios del próximo año.

El proyecto de peatonalización de ese tramo comprendido entre la estación de autobuses y la Rúa San Roque supone una inversión de 588.836 euros.

Esta peatonalización ha supuesto una profunda reorganización del tráfico en el centro de la capital lucense. Las calles Cidade de Vigo y Anxo López Pérez cambiaron de sentido y los vehículos que subían por esta última vía hacia la Ronda da Muralla circulan desde el pasado 1 de junio por Ramón Ferreiro, Salvador de Madariaga, Dinán, Hermanitas y San Roque para volver a la Ronda.

Esa reorganización del tráfico ha permitido ampliar en más de un centenar el número de plazas de aparcamiento en las calles del entorno del casco histórico, según se destaca desde el área de movilidad y transportes.

El nuevo tramo peatonal de A Mosqueira contará con bancos, árboles y zonas verdes. Además, se acondicionará un espacio para que se puedan celebrar actividades culturales y lúdicas.

El proyecto que se acometerá, según se hace hincapié desde el área que dirige el teniente de alcalde Rubén Arroxo, respetará la visión de los arcos de A Mosqueira, uno de los lugares con más simbolismo del monumento romano, y del edificio racionalista del arquitecto Eloy Maquieira.

Las catas arqueológicas
Una de las causas de esa ralentización fue la realización de las preceptivas catas arqueológicas, que permitieron conocer cómo era el foso de la muralla en ese tramo.

Las catas probaron que la muralla contaba con un sistema defensivo de 60 metros de ancho, que incluiría un foso de unos 25 metros, un intervallum (ronda interior) de 9 metros, un lienzo de 7 metros y 6 metros de cubo. Se encontraron también canalizaciones, lo que demostraría la existencia de agua, cuya profundidad se estima en 4 o 5 metros.

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