La Audiencia Provincial de Lugo obliga a un lucense a pagarle un máster a su hija en una universidad privada pese a que podía cursarlo en la pública, lo que supone pagar siete veces más por la misma formación académica.
Los padres de la joven se divorciaron y se repartieron los gastos ocasionados por su hija, pero en marzo de 2013, el juzgado dictó un auto de modificación de medidas que imponía al hombre la obligación de abonar el 70% de los gastos extraordinarios mientras la madre estuviera en paro.
Tres años más tarde, en agosto de 2016, la mujer le envió un mensaje de texto a su exmarido diciéndole que la hija de ambos quería realizar un máster que costaba 9.200 euros, por lo que tenía que pagar 6.440 euros.
La joven fue admitida en la Escuela de Finanzas de Madrid para realizar el Máster Executive MBA y la madre pedía que el hombre abonara su parte antes del 1 de octubre, ya que si no realizaban el ingreso, la estudiante sería rechazada a pesar de haber superado las pruebas de admisión. La mujer mantiene que le mandó un burofax al padre para comunicárselo y que no le contestó, pero el hombre dice que se lo envió al trabajo y no a su domicilio particular, por lo que no pudo recibirlo al encontrarse de baja laboral.
El tribunal se basa en que tiene un "alto índice de inserción laboral" y revoca el fallo de instancia, que no lo veía "indispensable"
El padre recibió la demanda del juzgado y se negó a pagar dicho importe, ya que la chica podía realizar el mismo máster en la Universidad de A Coruña, donde cursaba estudios universitarios para graduarse en Dirección de Empresas. En la enseñanza pública, el máster tendría un coste de 1.300 euros. El progenitor señaló además que el coste en la privada era "elevado" y "no adecuado a la capacidad económica" de ambos. "Por este motivo", alegó, "debería ser consultado con el progenitor no custodio y, ante la falta de acuerdo, debería sufragarlo quien de forma unilateral tomara la decisión".
La madre de la joven dijo que su hija quería hacer el máster en Madrid "porque tendría más posibilidades de trabajo", aunque reconoció que era opcional.
El juzgado de primera instancia número 3 señaló que el máster "no era necesario para acabar la carrera" y que "no podía considerarse indispensable para la educación", por lo que desestimó el recurso. Sin embargo, la mujer recurrió el fallo y la Audiencia concluye que es un máster "con un alto índice de inserción laboral" y que "aun existiendo otros más económicos, no parece desproporcionado a la capacidad económica" del padre. La Sala le obliga a pagar únicamente la mitad, 4.600, ya que la madre no acreditó si se encuentra o no en situación de desempleo.
