Obituario: Tristeza en la gastronomía por la pérdida de Amparo Yáñez

El exresponsable de Paradores reflexiona sobre la pérdida de la cocinera del restaurante Campos

María Amparo Yáñez. SEBAS SENANDE
photo_camera María Amparo Yáñez. SEBAS SENANDE

En poco tiempo, en los últimos días, la familia de aficionados a la gastronomía hemos perdido tres referencias. Una internacional y lejana, la del gran Paul Bocuse, un mito en la cocina. Una más cercana, la de nuestro querido compañero académico y gran escritor gastronómico Cristino Álvarez, ‘Caius Apicius’. Y una cercanísima, la de Amparo Yáñez Vázquez, del restaurante Campos.

A ella quiero dedicar estas líneas.

Fue la Señora de la Culinaria Cinegética, una de las cocineras gallegas que marcaron una época. Ya desde 1952 con su marido Manuel Fernández pilotó los fogones del restaurante Campos, desde los que creó un estilo propio y una época importante a base de recetas de caza y de cocina casera. Y lo digo sin que el cariño y la proximidad sentida con esta familia me haga caer en la exageración. Porque fue una referencia indiscutible en nuestra ciudad, y desde Lugo para el resto de Galicia y España.

En el otoño-invierno de 1969 organizó las primeras Jornadas de la Caza, que marcaron un comienzo en este tipo de cocina y jornadas gastronómicas. Un destino existe, pero no lo es desde el punto de vista del viajero, si carece de referencias que permitan y propicien el viaje y la estancia. Lugo empezó a ser una referencia gastronómica cuando fogones como los de Casa Campos se constituyeron en cita obligada.

‘E para comer…Lugo’ es cierto y había donde elegir. Pero a la hora de elegir especialidades, y hablando sobre todo de la cocina de invierno, de la cocina cinegética que tanto glorificó el gran Cunqueiro, entonces la referencia indiscutible se llamaba Amparo Yáñez Vázquez, la Señora del Campos.

Tuvo una vida consagrada al trabajo entre pucheros, a descubrirnos con propuestas sólidas el placer de la mesa, a propiciar la convivencia entre los lucenses y la oportunidad de una agradable y satisfactoria visita de nuestros amigos foráneos. Se nos fue la Señora de la Culinaria Cinegética. Queda su escuela, y es mucho.

Comentarios