DÍA MUNDIAL CONTRA EL CÁNCER

Los nuevos pacientes tratados en Radioterapia del Hula aumentaron un 80% en un año

El aumento de casos de cáncer y la consolidación del servicio con más personal explican ese sustancial incremento ▶ La mayoría de tratamientos son ahora hipofraccionados, que en algunos casos reducen su duración en el tiempo a la mitad

Los doctores Sergio Vázquez, Laura Torrado, Inés Formoso, Alicia Folgar y Antía Núñez. XESÚS PONTE (Hula)
photo_camera Los doctores Sergio Vázquez, Laura Torrado, Inés Formoso, Alicia Folgar y Antía Núñez. XESÚS PONTE

Un total de 900 nuevos pacientes se trataron en 2017 en Radioterapia del Hula. En 2018, fueron 1.625, un 80% más, sustancial incremento que se explica por la consolidación del servicio, incluida la incorporación de más personal, y por el aumento de casos de cáncer.

La unidad echó a andar en 2016, cinco años después de que abriese el nuevo hospital, inicialmente con un solo acelerador lineal. El equipo estaba integrado entonces por dos oncólogos radioterápicos y dos radiofísicos, además del personal de Enfermería y auxiliar. En 2017 comenzó a funcionar el segundo acelerador y, actualmente, cuenta con cuatro oncólogas radioterápicas y tres radiofísicos, que se prevén aumentar a cuatro.

Los tratamientos se administran mañana y tarde y la mayoría son ya hipofraccionados, una tendencia generalizada en la especialidad que se aplica en cada vez más hospitales. "Son máis intensos e cortos no tempo", explica Inés Formoso, oncóloga radioterápica del Hula que trabaja en el servicio casi desde sus inicios.

La diferencia con los convencionales puede ser importante. Por ejemplo, en el caso de la radiación para un cáncer de próstata se puede pasar de las 35-37 sesiones habituales a 20-28. En el de un tumor de mama, de 30 a 16. Los tratamientos se reducen, por tanto, hasta dos semanas haciendo más intensas y largas cada una de las sesiones, que se incrementan cuatro o cinco minutos.

"Obtéñense os mesmos resultados. Son tratamentos efectivos e máis cómodos", explica la doctora Formoso, que destaca que no se suele percibir más toxicidad y se tienden a tolerar mejor.

Los tratamientos hipofraccionados para esos tumores suponen reducir las sesiones en dos semanas

La primera y evidente consecuencia del hipofraccionamiento es una mayor comodidad del paciente. En el caso de un enfermo oncológico esa es una cuestión siempre importante, ya que tener la posibilidad de reducir sus visitas al hospital en un período en el que tiene que acudir con mucha frecuencia siempre es una noticia que se recibe con agrado.

Pero resulta de especial importancia en un sitio como el Hula, que centraliza la asistencia radioterápica para una provincia de población envejecida y muy dispersa. A los enfermos de otros ayuntamientos se les da la posibilidad de que acudan en ambulancia a sus sesiones de radioterapia. Al mismo tiempo, asociaciones de pacientes como Somos Unidos contra el Cáncer o la Asociación Española contra el Cáncer ponen a su disposición pisos o habitaciones en residencias para que no tengan que hacer el viaje desde su municipio de origen. Sin embargo, pocos aceptan. Muchos acaban prescindiendo también de recurrir a la ambulancia porque se trata de viajes largos, compartidos con otros pacientes de otros ayuntamientos, lo que supone sumar horas al trayecto. "Dos hospitais que coñezo, este é no que ven máis xente en taxi ás sesións", admite la doctora Formoso.

Los pacientes que deben recibir quimio y radio comienzan las sesiones el mismo día, ya que se ha probado que mejora la supervivencia

Pero, además, la reducción del número de sesiones también permite organizar mejor las tareas del servicio. Al concentrarse, se liberan huecos en las agendas y con los mismos dos aceleradores se puede tratar a más pacientes, más rápido. El jefe de Oncología, Sergio Vázquez, asegura que la lista de espera de Radioterapia del Hula es "una de las más bajas de los hospitales gallegos", inferior a las dos semanas para la primera consulta, la que se pide cuando, después del diagnóstico, se establece el tratamiento recomendado y este incluye radioterapia.

Los tratamientos hipofraccionados se aplican ya en muy distintos tipos de tumores y se tiende a optar por ellos frente a los convencionales. Se sigue recurriendo a los segundos si se prevé que el paciente vaya a sufrir toxicidades.

QUIMIOTERAPIA. Además, aquellos pacientes a los que se les prescribe quimioterapia y radioterapia simultánea comienzan los dos tratamientos el mismo día. Está probado que la concomitancia desde el inicio, es decir la administración simultánea de ambos ya en la primera sesión, puede aumentar la supervivencia. "A quimio fai que ese tumor resulte máis sensible á radio", apunta la especialista. No ocurre así en todos los hospitales porque, aunque pueda resultar conveniente, no siempre es posible. Resulta frecuente que un paciente comience el tratamiento con quimioterapia y, una vez lleva varias sesiones, se incorpore la radioterapia porque no hay huecos libres para encajar las citas de una y otra.

La unidad echó a andar el Hula con dos oncólogos radioterápicos y ahora cuenta con cuatro

Sin embargo, en el Hula se han logrado organizar las agendas para que cuadren ambas y se hagan coincidir las sesiones. Los tratamientos que se dan simultáneamente son fundamentalmente tumores de pulmón, cabeza y cuello, esófago y gástrico, y recto. La medida redunda además en la comodidad de los pacientes, ya que tienen que acudir menos veces al hospital.

Además, la unidad aplica algunas nuevas técnicas radioterápicas, como la radioterapia estereotáxica. Se trata de dosis de radiación muy altas, concentradas en pocas sesiones, entre una y cinco.

De esta manera, se pueden tratar tumores o metástasis de pulmón, de hígado, de columna, de pancreas, de próstata o de cabeza y cuello. Por el momento, en el Hula se hace en algunos casos seleccionados pero se pretende extender cuando se cuente con un nuevo inmovilizador.

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