Nuevo asalto a un local de hostelería con el TPV inteligente como objetivo

Un restaurante de Fingoi fue robado por dos hombres que rompieron el cristal y pudieron permanecer dentro más de quince minutos pese a las alarmas y las cámaras de seguridad
El establecimiento que fue atacado. EP
photo_camera El establecimiento que fue atacado. VICTORIA RODRÍGUEZ

El año 2020 no ha empezado con buenas noticias para el sector de la hostelería lucense, que cerró 2019 con el miedo en el cuerpo por la sensación de estar sufriendo una oleada de robos en toda la provincia y el reconocimiento por parte de la Policía Nacional de que una banda itinerante pudo estar actuando en la ciudad durante el mes de diciembre.

Los ladrones volvieron a actuar en la madrugada de este lunes, esta vez en la zona de Fingoi. El objetivo fue la pizzería Il Capriccio, en la calle Roi Xordo, un local muy popular por su amplitud y por la zona de juegos infantiles que tiene, que la convierte en una opción muy apreciada para familias con niños.

El asalto, según explicó a El Progreso Eduardo García, propietario del restaurante, se produjo "en torno a las cuatro de la mañana" y accedieron al local "rompiendo el cristal". este lunes por la tarde los agentes de la Policía Científica todavía estaban intentando sacar huellas y otras pruebas en el local.

Eduardo García cree que "era profesionales", por la manera de comportarse que se aprecia en las cámaras de seguridad. Eran dos, "estaban muy tranquilos y hablaban entre ellos como si nos les importara que los estuviera grabando la cámara". Su prioridad parecía clara: el terminal punto de venta inteligente que el local tenía instalado y que los ladrones se llevaron pese a que el cajón estaba relativamente oculto y bien anclado.

García especula con que los ladrones sabían muy bien lo que buscaban, por lo que tuvieron que vigilar antes el local

Uno de los puntos que debe resolver la investigación es cómo pudieron eludir la alarma, ya que los asaltantes estuvieron más de quince minutos dentro, un tiempo demasiado largo en este tipo de robos. El propietario sospecha que utilizaron algún aparato para inhibir la alarma.

García especula con que los ladrones sabían muy bien lo que buscaban, por lo que tuvieron que vigilar antes el local, pero él no es consciente de haber visto en los días anteriores a nadie sospechoso: "Es un restaurante de 1.500 metros cuadrados por el que pasa muchísima gente. Y por esta zona están robando mucho", se lamenta este empresario.

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