La Praza Maior fue el escenario este lunes de dos nuevas peleas entre adolescentes. El problema se repite a diario en uno de los espacio públicos más concurridos de la ciudad y la situación desató el hartazgo de los vecinos, que se lamentan de que tienen que llamar todos los días a la Policía, sin que se ponga fin a la situación.
El primero incidente del lunes se inició sobre las 16.20 horas, cuando dos jóvenes, presuntamente menores de edad, comenzaron a proferirse amenazas entre sí hasta llegar al enfrentamiento físico. Así las cosas, en la zona se congregó un cada vez más numeroso grupo de chicos, "hasta llegar a los 300, aproximadamente, para presenciar la pelea". Un tercero en discordia se sumó al combate a mitad del conflicto, según los vecinos de la zona.
Entre medias algunos adolescentes, compañeros o conocidos de los tres protagonistas de la pelea, dejaban el lugar del suceso visiblemente nerviosos, mientras que otros, los menos, cubrían su rostro con lágrimas.
La escena llegó a su final justo en el momento de la llegada de dos dotaciones de la Policía Nacional, que acudieron al lugar alertados por la llamada de los vecinos, que han visto como las trifulcas en esta zona han ido en aumento desde el final del confinamiento. Los vecinos tuvieron que volver a requerir la presencia policial pocas horas después, dado que volvió a producirse otra pelea.
Desde primera hora de la tarde hasta la llegada de la medianoche, grupos de adolescentes deambulan por ese espacio público a sus anchas y hacen de la calle su campo de operaciones particular, dicen los vecinos, que se sienten amenazados.
El control por la venta de estupefacientes en el entorno del Círculo de las Artes y frente a las escalinatas de la Praza por parte de bandas rivales es, sospechan los vecinos, la clave de las peleas, que se repiten ya a diario y han creado un clima de inseguridad dentro del casco histórico de la capital, dicen los residentes en la zona.
Los soportales ubicados en la Rúa Clérigos son otro de los focos de disturbios. La música hasta altas horas de la madrugada y los grupos de jóvenes que profieren gritos unos contra otros también impulsan a las comunidades de vecinos a manifestar sus quejas por quebrantar su descanso.
BICICLETAS. Otro de los peligros a los que deben enfrentarse los viandantes es la excesiva velocidad a la que circulan las bicicletas y patinetes eléctricos utilizados por algunos de los individuos involucrados en estas peleas, los cuales también profieren insultos y amenazas tanto a comerciantes como a ciudadanos que pasean por la calle cuando les recriminan tales actos incívicos.
La no utilización de las mascarillas también es otro de los hechos que se repiten hasta la saciedad entre estos grupos.
Las peleas de este lunes fueron un episodio más dentro de la crónica diaria de sucesos que pone en jaque la seguridad personal de vecinos y viadantes, que piden la intervención inmediata de las autoridades para poner freno a esta situación insostenible.
QUEMA DE LETREROS. Otros establecimientos ya han visto como los letreros publicitarios de sus negocios son pasto de los fuegos provocados por esos adolescentes en más de una ocasión.
