"Nos adaptamos a la situación tras tener que escapar de nuestro país"

Juan José Sosa fue acogido en Lugo por Amnistía Internacional, junto a su familia, tras ser desaparecido y torturado en su país, México , y años después, sufrir un intento de asesinato
Juan José Sosa Maldonado, abogado y activista mexicano
photo_camera Juan José Sosa Maldonado, abogado y activista mexicano

Juan José Sosa Maldonado encontró la paz en Lugo junto a su mujer y a sus tres hijos. Este abogado y activista mexicano, defensor de las comunidades indígenas de Oaxaca y dirigente de la Organización de Pueblos Indígenas Zapotecos (Opiz), fue acogido por  Amnistía Internacional, junto a su familia, tras haber huido de su país al estar en riesgo sus vidas después de intentar asesinarlos. Eso ocurrió el 16 de abril de 2013. La familia huyó, en primer lugar, a otro país de Centroamérica y, un año después, a España, concretamente a Lugo.

"Los grupos locales de Amnistía Internacional solicitan participar en un programa de acogida y por eso estamos en Lugo. Ahora ya nos quedamos por aquí e, incluso, tenemos permiso para trabajar porque con el asilo político no te lo dan. Nos adaptamos a la situación que vivimos, tras tener que escapar de nuestro país", afirma este hombre, que habló este miércoles, en Formación del Profesorado, de la violencia que sufre su país y de los 43 estudiantes mexicanos desaparecidos desde hace dos años. A este respecto, Juan José Sosa afirma que todavía el Estado mexicano no consiguió dar con el paradero de los mencionados estudiantes "y tampoco hay intención", apuntó. "Tiene una grave responsabilidad por comisión y omisión de desapariciones", afirma.

Para este activista, las desapariciones en su país responden "a un viejo sistema político de Estado que afectó a América Latina, en los 70 y 80, conocido como la guerra sucia". De hecho, Sosa cuenta que él también desapareció un mes, sin que su familia supiese nada de él y tras ser detenido por cuatro policías. Luego, dice, llegaron las torturas para que firmase un papel en blanco que lo condujo a la cárcel. "Hacía cuatro años que había surgido el Ejército Zapatista de Liberación Nacional y había una dura represión contra los indígenas, considerados guerrilleros. Necesitaban chivos expiatorios que se declarasen comandantes de la guerrilla y por eso me torturaron. Tras tres años de cárcel, se demostró mi inocencia", afirma Juan José Sosa.

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