Ajuste de nóminas

"En nómina ahora me vienen 1.114 euros, pero mi jefe solo me paga 950"

Una empleada de hostelería está entre la espada y la pared porque su empresario no le abona la subida salarial que le corresponde
 

Un camarero sirviendo una cerveza. EP
photo_camera Un camarero sirviendo una cerveza. EP

"Me dijo el jefe que no me podía pagar más y le respondí que si no me lo iba a pagar que no me lo pusiese en la nómina". Una empleada de un conocido establecimiento de hostelería de la capital lucense se encontró la semana pasada con la desagradable sorpresa de que el dueño del negocio no le abonó la subida del salario mínimo que le corresponde.

La afectada, que prefiere mantener su nombre en el anonimato por miedo a posibles represalias laborales, cuenta que la única explicación que le ofreció el empresario es que con los beneficios que da el negocio no puede afrontar ese incremento salarial.

"Dijo que no me podía pagar más porque están mal las cosas, pero yo no tengo la culpa", explica.

La trabajadora se negó a firmar la nómina, como le recomendó su asesor laboral, porque sale perjudicada por partida doble, por una parte, porque no percibe el sueldo que le corresponde y, por otra parte, porque tendría que tributar por más cantidad de la debida.

"Me da rabia porque encima no nos respeta los horarios porque trabajo 9 o 10 horas al día y los sábados 14"

"Lo que no voy a hacer es firmar esta nómina que son 164 euros más al mes. Al final del año son casi 2.000 euros que tengo que declarar y que no cobro", precisa.

"Yo no estoy pidiendo nada extraordinario. Si es algo que viene por ley, me corresponde", afirma.

Esta ayudante de cocina, que conoce más casos como el suyo en este gremio, cobra 950 euros al mes, incluidas ya pagas extras, vestuario, transporte y antigüedad, pero con la aplicación del incremento del SMI tendría que percibir 1.114. "Supone mucho para no cobrarlo, tener que declararlo y luego pagar por él", señala.

ENCRUCIJADA. Esta trabajadora, que tiene hijos a su cargo, está entre la espada y la pared. "Tengo que seguir trabajando. O no le firmo la nómina o me tengo que ir. Si me voy, pierdo todos los derechos de estos años y aparte me quedo sin trabajo", dice.

La afectada reconoce que con su sueldo es de los que tienen que "hacer cuentas para llegar a fin de mes". Además, de no ser por una ligera subida salarial en 2018, llevaba años cobrando lo mismo.

Le afloran sentimientos de "rabia e impotencia" porque dice que "no le compensan de ninguna manera" lo sacrificado que es su profesión. "Encima que no me respetan los horarios porque a diario trabajo 9 o 10 horas y los sábados 14 horas tranquilamente... Me siento engañada", asegura esta asalariada de un establecimiento de hostelería de la capital lucense.

Comentarios