La noche pone el grito en el cielo: muchos negocios "ya no volverán a abrir"

El sector cierra sus puertas obligado por una medida que considera "injustificada" y ante la que exigen "medidas compensatorias". Los hosteleros lucenses dicen que cumplían "a rajatabla" con la normativa
Ambiente en un pub. XESÚS PONTE
photo_camera Ambiente en un pub. XESÚS PONTE

El ocio nocturno cierra de nuevo sus puertas obligado una vez más por una decisión gubernamental que los afectados consideran tan "injusta" como "injustificada". Los hosteleros lucenses del sector recibieron la noticia "como un jarro de agua fría" y auguran un futuro desolador para una actividad que supone el 6,2% del PIB y que da empleo a 1,7 millones de personas en todo el país, según datos de Hostelería de España.

Juan Rogero, propietario del pub Gandul —y de otros establecimientos de hostelería de la ciudad— considera que el nuevo cierre supone "la ruina del sector" y cree que muchos establecimientos ya no volverán a funcionar. "Esto es insostenible porque nosotros seguimos pagando alquileres, luz, agua, wifi... Además, hemos hecho inversiones importantes para señalizar y adaptar los locales a la nueva situación, y ahora nos obligan a cerrar de repente. Hicimos todo lo posible por extremar nuestra seguridad y la de nuestros clientes y nos están criminalizando", lamenta.

Igual de pesimista se muestra José Quiroga, propietario del pub Bambudha. "Estamos desganados y semihundidos. Cumplimos con todas las normas que nos exigieron, hicimos cursos de prevención, invertimos en material, compramos mercancía para toda la temporada y ahora nos obligan a cerrar de la noche a la mañana. Esto es insostenible", afirma.

José Quiroga (Bambudha): "Va a ser insostenible. Acabamos de sacar a nuestros empleados del Erte y ahora no sabemos que va a pasar con ellos"

Los hosteleros se muestran además "muy preocupados" por el futuro de sus trabajadores. "Hace mes y medio que los sacamos del Erte y ahora se quedan otra vez sin trabajo. Todavía no sabemos lo que va a pasar con ellos y es una situación muy dura. Además —comenta Quiroga—, el ocio nocturno crea muchos empleos indirectos y esto va a afectar a muchos proveedores, empresas de limpieza, etcétera".

Los afectados consideran de vital importancia garantizar los empleos de los trabajadores y exigen que el Gobierno acompañe estas restricciones de medidas compensatorias. "Como no creen una línea de ayudas específicas, el sector se hunde. Lo que está claro es que, sin ningún ingreso, los hosteleros no podemos hacer frente a los gastos", señala Rogero.

A nivel nacional, los empresarios afectados ya unieron sus voces para pedir cuanto antes una compensación. "El sector no puede seguir asumiendo acciones restrictivas de su actividad sin medidas de carácter compensatorio. En estos momentos —apunta José Luis Yzuel, presidente de Hostelería de España—, la limitación de recursos no puede ser una excusa, puesto que las comunidades autónomas disponen de fondos de aplicación para el refuerzo del sistema y las medidas sanitarias. Se están aplicando medidas cuyo contexto es 100% sanitario y, por ello, tanto desde el Gobierno central como desde las comunidades autónomas, se debería contemplar, cada vez que se produzcan medidas restrictivas a la actividad económica, destinar parte de esos fondos a complementos de recursos que preserven el empleo".

Miguel Río (Sunday): "Optaron por lo más fácil, pero esto no va a solucionar nada. Hay aglomeraciones en centros comerciales y otros sitios"

CULPABILIDAD. Los hosteleros consideran además que se está "demonizando" a un sector "sin tener evidencias científicas" de que su actividad influya más que otras en la contención del virus. "Con el cierre de los locales veremos ahora si toda la culpa era nuestra y si la pandemia se contiene. Aquí en Lugo —aclara José Quiroga— cumplíamos con todas las medidas y hasta creamos una aplicación para tratar los datos de todos nuestros clientes. La gente se estaba comportando bien, pero imágenes como las del DJ de Torremolinos escupiendo al público perjudicaron mucho la imagen del sector".

Juan Rogero también considera que con el cierre total del ocio nocturno pagan justos por pecadores. "Se está responsabilizando a todo un sector sin ningún fundamento. En A Coruña hubo más de 60 contagios en un gimnasio y se cerró ese negocio, pero no se cerraron todos los gimnasios del país por precaución. Lo que se está haciendo con la hostelería no tiene nombre y además la gente no se va a quedar a casa. El cierre de los locales va a fomentar que se hagan cada vez más fiestas privadas sin ningún tipo de control y eso va a ser todavía más peligroso. En los pubs, la gente se estaba comportando muy bien. La juventud me sorprendió gratamente. Desde que volvimos a abrir solamente tuvimos que pedirle a un chico que se marchara por no llevar mascarilla. Es algo anecdótico".

De la misma opinión en Miguel Río, empresario vilalbés responsable de La Biblioteca y La Facultad, que el viernes pasado abrió su tercer establecimiento, El Sunday, pero solo pudo trabajar dos noches. "Lo bueno es que el local estaba acondicionado y no tuvimos que hacer mucha inversión, pero al final, entre limpiar todo, prepararlo, comprar la bebida... En total, este fin de semana éramos diez personas trabajando en los tres locales, entre porteros y camareros. Pero ahora nadie sabe cuánto va durar esta medida y lo que está claro es que se va a llevar puestos de trabajo", dice, al tiempo que asegura que no le encuentra lógica a una medida que solo les afecta a ellos.

"Hubo presiones y la solución fácil es esta, pero no creo que se arregle nada así, cuando puede haber aglomeraciones en un centro comercial u otras muchas situaciones", comenta.

Juan Rogero (Gandul): "Esto es la ruina del sector y además va a fomentar que se hagan más fiestas privadas sin ningún tipo de control"

CRISIS. Los hosteleros del sector explican que, con los aforos que tenían marcados hasta ahora, el sector ya estaba atravesando una crisis importante. "Desde que volvimos a abrir —explica Juan Rogero—, estábamos trabajando para cubrir gastos. Ya solamente aspirábamos a perder lo menos posible y con eso ya nos dábamos por satisfechos. Ahora este cierre nos acabará de hundir". De hecho, en la madrugada del sábado al domingo —última noche que podía abrir el ocio nocturno— los establecimientos de la ciudad estaban a medio gas y arrojaban una imagen muy diferente a la de los buenos tiempos.

Según las estimaciones del sector, de aquí a final de año unos 65.000 establecimientos hosteleros cerrarán definitivamente, "suponiendo una pérdida de empleos, entre directos e indirectos, de entre 900.000 y 1,1 millones. Situación que todavía puede empeorar si el Gobierno sigue regulando en esta línea", dicen.

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