Niños y mujeres árabes reciben clases de varios colectivos lucenses

La Asociación Magrebí-Española da apoyo escolar y nociones sociales y culturales básicas
Asistentes a las charlas de Amaes
photo_camera Asistentes a las charlas de Amaes

La Asociación Magrebí Española para la Integración y Solidaridad (Amaes), constituida hace unos meses por ciudadanos árabes y españoles en torno a la comunidad islámica Annur, que funciona en A Piringalla desde 2007, ha empezado su actividad de apoyo a la población árabe, con clases para niños y mujeres. Los primeros reciben apoyo escolar lunes, miércoles y sábados en un aula de Frigsa cedida por el Concello. De forma paralela, en un local próximo, las madres asisten a charlas en las que se les dan nociones sociales, culturales y legales básicas para facilitar su vida en la ciudad. 

Para llevar a cabo esta labor, Amaes cuenta con la ayuda de la Asociación Penitenciaria Concepción Arenal, la Federación Vecinal y ciudadanos a título individual, como médicos, profesores y trabajadores del ámbito social.

La asociación Amaes también da clases de lengua y cultura árabe, para que los niños conozcan sus raíces

"Vimos que había un problema e tratamos de botar unha man, pero estamos sobrepasados", explica Francisco González, una de las caras españolas de Amaes. Del lado árabe, al frente del proyecto está Driss Kharroubi, el imán de la comunidad Annur. Los problemas son, en realidad, varios. Por un lado, muchos niños árabes tienen dificultad en los estudios derivada de la falta de conocimiento del idioma. Aunque muchos ya han nacido en España, en algunas familias siguen manejándose en árabe porque muchas madres no conocen otra lengua. Por otro lado, hay niños que nacen en Lugo, pero vuelven con sus madres a África por la dificultad que tiene la familia para mantenerse aquí, y cuando el padre reúne recursos, regresan, explica González. "Sufren moito no colexio. Moitos marroquís veñen dunha provincia de interior, onde só se fala árabe, e algún dialecto. Os da costa atlántica falan algo francés", señala. El Concello y la Ampa del Sagrado Corazón ayudan a unos quince niños, pero hay otros muchos que no tienen apoyo. 

Ante esta situación, Amaes empezó con una veintena de escolares, pero el grupo ya se aproxima a los sesenta y los voluntarios llegan a poco. La asociación está intentando abordar la problemática con la Consellería de Educacion. Lo mismo sucede con las mujeres, entre las que Amaes aprecia ansia por formarse y relacionarse más allá de su propia comunidad. "Temos unhas corenta, das que máis da metade non saben ler nin escribir", explica el empresario. 

De las restantes, algunas ya están formándose en cursos y talleres que se llevan a cabo en la ciudad, con el objetivo de trabajar también de esa manera su integración. Varias asisten en este momento a un taller de limpieza industrial con la asociación Concepción Arenal. 

De forma paralela, Amaes busca que los niños que han nacido y crecido fuera de los países de origen de sus familias conozcan el idioma y la cultura árabe, para lo que también se dan clases.

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