Hace año y pico que la vida en la casa de Julián Santamaría cambió por completo. Su madre, Alejandra López Yáñez, era, hasta entonces, una mujer con total movilidad que jamás había pensado verse algún día en silla de ruedas. Sin embargo, una vasculitis del sistema nervioso progresiva revolucionó para siempre su vida y la de su familia y Alejandra ya tiene que echar mano de la silla de ruedas para poder moverse.
Esta nueva situación no pasó, en absoluto, desapercibida para su hijo, Julián Santamaría. Un niño que, con solo 10 años, echó mano del móvil y de la red social Instagram para denunciar lo que, día a día, le estaba pasando a su madre, con la que está descubriendo la gran cantidad de barreras arquitectónicas que hay tanto fuera de la vivienda como dentro del edificio en el que residen, dado que viven en una buhardilla a donde no llega el ascensor. De ahí, que hace una semana, Julián decidiese crear un perfil en Instagram –llamado accesibilizando– en el que día a día se propone la tarea de denunciar, con fotografías, las distintas barreras que tienen que vencer su madre y otras personas como ella que se mueven en silla de ruedas.
"Me enteré de todo esto cuando mi madre empezó a usar la silla de ruedas, antes no me daba cuenta. Vi que, al ir con ella, le costaba ir por una acera y por otra y que muchas veces tenía que ir por la calle por no poder subir el bordillo", explica Julián.
El perfil de este joven instagramer lucense –julisantamaria2008– tiene, por el momento, solo veintidós seguidores y cinco posts publicados con fotos de barreras arquitectónicas en la avenida de A Coruña, en especial bordillos que su madre no puede superar a diario.
"Mi intención es que la gente vea todas las barreras que hay en la ciudad de Lugo, por eso hago solicitudes de seguimiento entre instituciones y colectivos", cuenta este niño, que además defiende: "Tiene que hacerse algo. Antes de que mi madre enfermase, jamás me imaginaba que existía".
"Le explicamos la situación a la comunidad y se aprobó hacer la obra para que el ascensor llegue hasta mi piso. Ahora andamos buscando financiación. Hay ayudas de la Xunta pero ya no están en plazo para solicitarlas, pero la obra se hará", afirma Alejandra.
Escalón
El hecho de que el ascensor no llegue hasta el sexto no es la única barrera que tiene Alejandra en su casa. Delante del portal, hay un escalón que también tiene que vencer. "Lo que yo pido es que se haga también una rampa. Si no, no entro ni en el edificio", dice.