El Lugo de... Ramón Basanta | Naturaleza con raíces

No falla en su paseo diario por el Rato, lugar que le encanta y ligado a sus aventuras infantiles
Ramón Basanta. SEBAS SENANDE
photo_camera Ramón Basanta. SEBAS SENANDE

A Ramón Basanta puede que le distingan el tesón y la hondura con que vive las raíces, de modo que se entiende bien que el paseo del Rato sea, definitivamente, su lugar favorito de Lugo.

Le encanta el paisaje de ese lugar, tan rico y variado y del que se disfruta de manera diferente en cada temporada del año, pero reconoce que parte de su predilección por ese escenario viene de que el Rato está estrechamente ligado a su historia familiar.

Y es que Ramón Basanta fue un niño del centro y en el casco histórico ha vivido y trabajado, pero su padre había crecido en Montirón y su madre venía de la zona de A Chanca, de modo que muchos de sus recuerdos felices de la infancia están ligados a esos espacios, a las aventuras vividas en las escapadas a la naturaleza durante las frecuentes visitas a las casa de las dos abuelas.

Y como hacen miles de lucenses, él vuelve allí una y otra vez. Ahora, una vez que se ha retirado ya del trabajo en el banco al que dedicó tantos años, en realidad va al Rato cada día, todas las mañanas sin falta. El parque, lo sabe bien cualquier lucense, es un buen lugar para hacer ejercicio y mantenerse en forma, pero también para hacer vida social. En el caso de Basanta, a todo eso parece unirse el deseo de disfrutar de un escenario amado, con una riqueza natural que él desearía que se conservara para siempre.

Ese deseo de preservación se explica bien en Basanta, al que muchos en Lugo conocerán por presidir la junta de cofradías de Semana Santa, una celebración a cuya supervivencia en Lugo contribuyó de forma clave.

Y es que puede que ahora la Semana Santa de Lugo aspire a ser de Interés Turístico Nacional, pero hubo un tiempo en el que había cofradías que agonizaban, como la del Desenclavo del Señor, que hoy preside.

Siendo un joven veinteañero, Basanta se negó a dejar morir aquella cofradía a la que había pertenecido su padre y en la que él había salido de niño. Se echó sobre los hombros la responsabilidad de hacer que aquella obra perdurara. Y lo logró. No solo eso, dio pasos pioneros para lograr que se incorporaran mujeres a la cofradía, que ahora realiza algunos de los desfiles más seguidos de la ciudad.

Y, siendo muy joven aún, de dirigir el Desenclavo del Señor Basanta pasó a presidir también la junta que agrupa a todas las cofradías de Lugo, protagonistas de unas celebraciones que han ido a más en los últimos lustros y que ahora son seguidas por cientos de personas.

Dado ese vinculo con la Semana Santa de Lugo, que le ha llevado a conocer a fondo y valorar la historia de muchas de las piezas del patrimonio religioso de Lugo, no es tampoco de extrañar que la catedral de Lugo esté también entre sus lugares favoritos de la ciudad.

Dice que esa apreciación por la catedral es un gusto ya adulto, pues, aunque era un niño del centro, el templo que visitaba de pequeño cuando iba a misa era la iglesia de A Nova.

Pero dice que la catedral le parece un lugar "asombroso", además de "muy especial". Cree que los lucenses deberían estar muy orgullosos de la catedral que tiene su ciudad y a él le llama la atención, dice, el hecho de que a muchos turistas les sorprende más la basílica que la propia muralla. Quizás esa sorpresa de los visitantes con la catedral de Lugo se deba, opina, a que todo el que llega a Lugo sabe que se va a encontrar con una muralla romana y quizás incluso ha visto fotos antes. Sin embargo, la catedral, sostiene, sigue siendo una gran desconocida y por eso deslumbra a quienes la visitan por primera vez. Por algo es Patrimonio de la Humanidad, dice.

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