La naturaleza, condena y valor del paseo del Rato

Es uno de los paseos más bellos y apreciados por los lucenses y cada invierno sufre daños por el desbordamiento del río y las escorrentías
El paseo del Rato, deteriorado. EP
photo_camera El paseo del Rato, deteriorado. EP

El paseo del Rato no ofrece su mejor aspecto en este momento, con el sendero deshecho en varias zonas y las obras de construcción del carril bici paradas. Salvo por esta segunda circunstancia, la estampa es la habitual en invierno, ya que el hecho de que el camino discurra en su mayor parte pegado al río hace que sufra las consecuencias de los frecuentes desbordamientos.

Es el peaje que hay que pagar por disfrutar de un sendero insertado en plena naturaleza a unos minutos del centro urbano. Según algunas voces expertas, también por haber encauzado artificialmente el río. De esa opinión es, como ha manifestado en numerosas ocasiones, el director del Instituto de Biodiversidade Agraria e Desenvolvemento Rural (Ibader) del campus, Pablo Ramil.

El muro que contiene el caudal se ha caído a la altura de los huertos de la Diputación, que esta semana iniciará la reparación de la zona

Pese a todo, la construcción del paseo del Rato hace ya varias décadas sirvió para poner a disposición de los ciudadanos una de las zonas de mayor valor natural del entorno de la ciudad. Es usada a diario, y especialmente en fines de semana y épocas de buen tiempo, por multitud de personas de todas las edades, que la utilizan para caminar o hacer deporte y es constante la demanda de atención para este espacio.

Y no solo de mantenimiento. En 2018, el paseo estrenó alumbrado público, una vieja reivindicación porque en muchos meses del año no se podía disfrutar de él a partir de media tarde, que es cuando muchas personas terminan la jornada laboral. Para este verano está previsto que esté terminado el carril bici, que se construye por la parta alta, al lado de la carretera, y que también era muy demandado tanto por senderistas como por ciclistas porque la estrechez del sendero en muchas zonas hace complicado compatibilizar ambos usos.

La Diputación explicó este lunes que esta semana está previsto que comiencen los habituales trabajos de acondicionamiento del parque tras las lluvias del invierno.

La idea es que quede preparado ya para la primavera y el verano, pero esta vez la institución provincial no solo tendrá que hacer labores de mantenimiento del camino sino que deberá de actuar en los muretes que contienen el río. La pared se ha venido abajo unos metros más adelante del centro de interpretación Terras do Miño, frente a los huertos urbanos de la Diputación Provincial.

HUERTOS. La falta de actividad en estos, tras el parón de los dos últimos años por las obras de reforma, contribuye a que la zona del Rato no esté en el mejor momento. Ni la gestión del proyecto en su conjunto ni la asignación de los espacios de cultivo han vuelto a ser adjudicadas.

Los trabajos de mejora del Rato serán realizados por Tragsa, tras el acuerdo con la empresa pública al que llegó la Diputación. Esta siguió el camino de las diputaciones de A Coruña y Pontevedra y entró en el accionariado de Tragsa y los trabajadores de la extinta Sociedade Urbanística Provincial pasaron a esa empresa.

En cuanto al carril bici, el gobierno provincial explicó que no queda mucho trabajo pero que es necesario esperar a que mejoren las condiciones meteorológicas para reanudarlo. Se está instalando una tarima de 2,5 metros de ancho y un pasamanos de seguridad. Debido al desnivel de algunas zonas también se construyen cuatro plataformas elevadas, que van amarradas al suelo por vigas de madera. Se utiliza material antideslizante y respetuoso con el medio ambiente.

xUna corona vegetal, en una casa de A Chanca. EP

Una corona vegetal hecha por vecinos ‘decora’ una casa en ruinas de la bajada a A Chanca
Vecinos de una de las casas que han sido rehabilitadas y habitadas de nuevo hace unos tres años confeccionaron una corona vegetal que colgaron en el edificio en ruinas que está situado enfrente de su vivienda. No fue un acto reivindicativo, sino una actividad familiar navideña, pero sirve para poner el foco en el mal estado de la casa.

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