El museo arqueológico, la deuda con Lugo tras 30 años de excavaciones

Una exposición en O Vello Cárcere recoge la evolución de la arqueología lucense y la forma en que esta transformó la ciudad ► La percepción del patrimonio como activo es mayor, pero falta un ente que coordine la labor arqueológica y un centro de investigación

Durante la exposición arqueológica. XESÚS PONTE
photo_camera Durante la exposición arqueológica. XESÚS PONTE

Una fotografía del mosaico romano de Armañá instalado en 1987 en el patio de la vieja cárcel de Lugo —dentro de la que fue la primera exposición de arqueología que hubo en la ciudad— abre y refleja a la perfección el sentido de la muestra que se inauguró el jueves en el mismo edificio, ahora reconvertido en centro cultural. El de Armañá fue uno de los primeros grandes hallazgos y, en contra de lo que se habría hecho hoy, porque la ley lo impide y porque ya no se concibe, se levantó del solar, en vez de conservarlo in situ. La pieza se montó en el patio de la vieja cárcel y, posteriormente, en el Museo Provincial, donde sigue.

La exposición que el Concello ofrece desde el jueves muestra la evolución que ha experimentado la labor arqueológica en la ciudad desde sus inicios, hace algo más de treinta años, así como el impacto histórico, económico y social que supuso para la capital y el reto que tiene por delante: dotarse de un museo que muestre una parte de la ingente cantidad de material que se ha recuperado del subsuelo en estas tres décadas y, sobre todo, de recursos materiales y humanos para documentar, restaurar e investigar todo ese patrimonio. El proyecto fue anunciado hace años por la Xunta en el cuartel de San Fernando, pero sigue sin fecha de realización.

La investigación y la divulgación son retos pendientes en la mayoría de las ciudades con patrimonio arqueológico, aunque urbes con igual o menor potencial, como Astorga, León o Braga, van por delante desde hace años y tienen museos que permiten esa labor, a la vez que también son centros expositivos. En el caso de Lugo la situación se agrava por la gran cantidad de material que permanece guardado en diferentes dependencias y por distintas administraciones, por falta de espacio, y sin estudiar. Enrique González, coordinador de la exposición de O Vello Cárcere y actualmente el único arqueólogo de que dispone el Concello, calculaba el jueves que en Lugo se llevan realizado unas 400 intervenciones.

Hoxe a cidadanía entende mellor o valor da arqueoloxía, pasou de ser un inconvinte a un beneficio

Las excavaciones más significativas de cada momento se reflejan a través de fotografías y titulares de hemeroteca en una exposición que no es al uso. No se ofrece información científico-arqueológica de las actuaciones, que ya se transmitió durante estos años a través de medios de comunicación y de publicaciones de distinta índole, sino que se intenta reflejar cómo fue variando el ejercicio de la arqueología y cómo esta fue cambiando la ciudad. "Os arqueólogos eramos pouco menos que proscritos. Hoxe as administracións e a cidadanía entenden mellor o valor que ten a arqueoloxía. Pasou de ser un inconvinte a un beneficio", explica González. La puesta en valor del patrimonio histórico fue modificando la imagen urbana y es uno de los activos económicos más importantes, aunque el hecho de que Lugo siga sin disponer de museo y de un consorcio que coordine y apoye la labor arqueológica evidencia que todavía queda camino que avanzar.

La exposición contiene algunas piezas de cerámica, casi todas inéditas, y varias representaciones en 3D, pero el grueso son fotografías y recortes de prensa. Desde noticias como la que daba cuenta de cómo un experto italiano contratado por el Concello restaba valor a los restos de A Constitución (una necrópolis), que acabaron siendo destruidos, hasta intervenciones tan visibles como la restauración del puente romano, que además aportó datos inéditos.

Fotografía
Fondo de El Progreso
Gran parte de las fotografías que conforman la exposición fueron aportados por el Grupo El Progreso, por los fotógrafos Pepe Álvez y Pepe Tejero, por el servicio municipal de arqueología y por arqueólogos que han trabajado en Lugo. "Este fondo fotográfico é en si un documento histórico, ao igual que grazas ao fondo Vega coñecemos en gran parte a Operación Muralla Limpa", explica González.
Memoria visual
Al inicio, las excavaciones de plazas y calles generaban mucha curiosidad —también rechazo— y la gente se agolpaba para ver los trabajos. Esas y otras estampas se pueden ver en la exposición. "Alguna xente recoñecerase", apunta.

 

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