Un murciélago rabudo muerde a una mujer en un pecho mientras dormía

El suceso obligó al Hospital Universitario Lucus Augusti (Hula) a activar el protocolo de la rabia

Un murciélago rabudo. JAVIER GOMOLLÓN
photo_camera Un murciélago rabudo. JAVIER GOMOLLÓN

Un quiróptero de la especie conocida popularmente como murciélago rabudo mordió a una mujer en un pecho la noche del pasado miércoles cuando se encontraba durmiendo en su cama. La víctima sintió el mordisco -que, en principio, le causó poco dolor- y se despertó, logrando capturar al animal, que había entrado por una ventana de su casa, situada en el casco urbano de Lugo y en un entorno no muy propicio de esta especie en cuestión.

La mujer agarró el murciélago cuando lo vio sobre su pecho y lo metió en un frasco. A la mañana siguiente, se dirigió a su médico de cabecera para contarle el caso y, a la vez, hacer entrega de su agresor para determinar si podía ser portador de rabia, enfermedad que es transmitida por este tipo de animales -especialmente, en el continente asiático- pero que en Europa es bastante difícil, por no decir improbable, que eso ocurra. "La posibilidad de que el animal tenga el virus rábico es irreal pero, aun así, se envió a analizar", explicaba ayer el jefe de Medicina Preventiva del Hula, Carlos Quintas, consulta a la que acudió la víctima tras ser derivada ese mismo día, de forma urgente, por su médico de cabecera.

"La paciente evolucionó bien y no presentó ningún cuadro sintomatológico que respondiese a una exposición de riesgo. Aun así, se activó el protocolo y se le observó la pequeña herida y se le puso la gammaglobulina antirrábica. Se verificó que tuviese la vacuna del tétanos, como así fue, y se encuentra perfectamente. Por lo que no hay ninguna situación de riesgo", afirmó Carlos Quintas.

El jefe de Medicina Preventiva calificó este caso como de "excepcional" y negó que haya posibilidad de detectarse rabia en la fauna autóctona. "Desde 1994, se dejó de aplicar la vacuna antirrábica a la cabaña ganadera doméstica gallega y desde 1978 no hubo ningún foco de rabia en España con fauna autóctona, solo en Ceuta y Melilla por su proximidad a Argelia. Muchas veces este problema surge por el tráfico ilegal de animales", manifestó.

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