El mundo según Adra Pallón

El fotógrafo lucense fue finalista de la Beca Joana Biarnés con su proyecto 'Generación perdida'
Una de las fotos que componen el proyecto 'Generación perdida'. ADRA PALLÓN
photo_camera Una de las fotos que componen el proyecto 'Generación perdida'. ADRA PALLÓN

La mirada de Adra Pallón conquista y cada vez son más los espectadores y expertos que se rinden ante las imágenes salidas de la cámara de este narrador lucense que ha elegido la fotografía como medio de expresión. Considerado ya como uno de los fotógrafos documentales más interesantes de la nueva hornada española, su trabajo acaba de competir como finalista en la III Beca Joana Biarnés para Jóvenes Fotoperiodistas, que otorga la prestigiosa Fundación Photographic Social Vision.

Pallón presentó para aspirar a esta beca su proyecto Generación perdida. Entre dos crisis sociales, un trabajo en el está implicado "desde hace cuatro años y que es muy amplio", explica. "Gira en torno a la exclusión social", prosigue el fotógrafo, "pero también en torno a la inmigración, la desindustrialización provocada por cierres como el de Alcoa o el abandono del mundo rural. Todo son partes del mismo relato social".

En la Beca Joana Biarnés compartió final junto a nombres como Sergi Rugrand, Marius Scarlat, Natalia Lázaro Prevost, Bruna Casas Gendra o Santi Donaire, quien fue seleccionado finalmente como el ganador.

Pese a no haber obtenido la beca, Adra Pallón valora enormemente haber sido seleccionado como finalista, una circunstancia que da impulso a la proyección que ya había obtenido en el Premio Galicia en Foco o el Zampa de Fotoperiodismo. Una visibilidad que también se ha visto reforzada por sus colaboraciones como redactor gráfico de algunos medios, como El Progreso.

Generación perdida. Entre dos crisis sociales, según resaltaba la Fundación Photographic Social Vision, retrata a personas marcadas por la precariedad laboral, la brecha social y la gentrificación. Durante años, Adra Pallón ha compartido tiempo y espacio con los protagonistas de su relato, desde casas okupadas a los rincones más oscuros en los que Lugo esconde sus miserias. Ha sido un labor larga y dura en la que primero ha tenido que ganarse la confianza de esas personas para convertirse casi en una más y poder retratar sus existencias y problemas sin artificios.

"Pallón", explica la fundación, "busca plasmar a esta generación, que es la suya propia y que a pesar de ser la mejor preparada de la historia de los países del sur de Europa, ha visto esfumarse el futuro al que se supone que debía aspirar, entre desindustrialización, turistificación y pérdida de acceso a la vivienda".