► Historias de Lugo

Desde Lugo y para la Historia

La Historia dejó en Lugo los nombres de diez mujeres cuya estancia en la ciudad no pasó desapercibido como tampoco ocurrió en otros lugares en los que residieron y donde ellas continuaron destacando en sus distintas facetas a veces por sus circunstancias vitales.

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photo_camera Enriqueta Otero, la guerrillera. EP

AMALIA ÁLVAREZ GALLEGO
Nació en Lugo en 1906 y fue la mujer de Alexandre Bóveda, el mítico nacionalista fusilado en la Guerra Civil. Todavía una niña, la familia se trasladó a Pontevedra. Conoció a su marido en los ensayos de la Sociedad Coral  Polifónica de Pontevedra, en la que ambos cantaban.

Enviudó justo en el momento en el que daba a luz a la quinta de sus hijos. A raíz del fusilamiento, retomó los estudios de Magisterio. Finalmente, acabó opositando a Hacienda, dejando a sus cinco hijos repartidos en casas de familiares. Años después, fueron internados en un centro para huérfanos de Hacienda en Madrid para que pudiesen estudiar. Amalia tuvo muchas complicaciones para conseguir un certificado de adhesión al régimen, que le permitía ocupar su plaza de funcionaria.

DOÑA URRACA
Se le adjudica un pazo en A Tinería aunque este edificio es muy posterior a la existencia de esta mujer —reina de Castilla, León y Galicia— que vivió en el siglo XI. Lo que sí puede ser —y de ahí el nombre del edificio como Pazo de Doña Urraca— es que, en ese mismo lugar, estuviese años atrás la vivienda en la que pasó ciertas estancias en Lugo.

Casada primero con el conde Raimundo de Borgoña —con quien tuvo un hijo, Alfonso VII El Emperador—, enviudaría al poco tiempo y volvería a casarse con el rey de Aragón, Alfonso I El Batallador, lo que fue mal visto por la nobleza gallega. Finalmente, acabaría entrando en guerra con su marido por los derechos sucesorios de su hijo Alfonso. En Lugo, su segundo marido encontró el apoyo de la burguesía. Pero, finalmente, el ejército aragonés fue derrotado por el conde de Traba en Monterroso y Doña Urraca recuperó el poder en Galicia, cuyo hijo pasaría a ser rey.

MARÍA BALTEIRA
Se llamaba María Pérez pero la conocían como María Balteira. Esta juglaresa formaba parte de la corte de Alfonso X El Sabio, con quien pudo haber visitado la catedral de Lugo dado que este rey compuso una de las cantigas a Santa María, la patrona de la ciudad. Por su oficio, fue víctima del escarnio al que la sometieron otros trovadores y por el rey, pero pasó a la historia.

JULIA MINGUILLÓN
Nació en el año 1906, en el número 23 de la calle San Marcos. En 1941, consiguió ser la primera pintora que ganaba una medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid. Se formó en la Academia de Bellas Artes de San Fernando gracias a una beca de la Diputación de Lugo y su obra fue expuesta en París, Nueva York, San Francisco, Londres, Berlín, Buenos Aires, México y Guatemala y admirada. Su obra fue admirada por críticos como Eugenio d’Ors.

PURA LORENZANA
Fue de las primeras mujeres que cursó estudios universitarios.Después de hacer por libre el bachillerato en el instituto de Lugo, comenzó en 1924 las carreras de Filosofía y Letras y Derecho en Santiago, finalizando la primera con un expediente de Sobresaliente y Premio Extraordinario.Posteriormente, se doctoró en Madrid, donde continuó los estudios de Derecho.

Su oposición a la República le valió la Medalla de Campaña de Retaguardia por méritos y servicios, que le dio Franco en 1940. Durante sus años de estancia como profesora de enseñanza media en la Compostela de la posguerra, ejercerá también como docente en la Facultad de Filosofía y Letras. En 1956, obtuvo plaza de inspectora de enseñanza media y se trasladó a Madrid. En 1963, se le concedió la encomienda de la Orden de Alfonso X El Sabio.

ROSALÍA DE CASTRO
Vivió en Lugo entre 1864 y 1868. Ya casada con el historiador Manuel Murguía, la familia se vino a la capital lucense porque de la imprenta de Soto Freire salieron los dos primeros volúmenes de su ‘Historia de Galicia’ y la novela de Rosalía, editada en castellano, ‘El caballero de las botas azules’. La casa de Rosalía y Murguía estaba en la Rúa das Nóreas, esquina a San Pedro.

MARÍA CASTAÑA
Cuando, en la Edad Media, el obispo de Lugo era el señor de la ciudad, una mujer, María Castaña, encabezó una rebelión popular contra él, Pedro López de Aguiar, ante los elevados impuestos que cobraba. Pese a la imprecisión histórica de estos hechos, sí hay constancia de la existencia de esta mujer, que aparece con su familia en un documento de 1386 pero por otra causa muy diferente: como responsables de la muerte del mayordomo del obispo, Francisco Fernández. Aún así, su nombre se hizo popular en toda España.

PRUDENCIA GRIFELL
Prudencia Grifell nació en 1876, en una pensión situada en el número 59 de la Rúa Nova, y fue bautizada en la iglesia de San Pedro. Hija de los actores Antonio Grifell y Josefa Masip, Prudencia vio la luz en Lugo después de que sus padres, que formaban parte de una compañía catalana, recalasen en un teatro que había donde está ahora el Museo Provincial. Días después, la familia y la compañía  marchó cara a Santiago, como cómicos ambulantes que eran.

La hija de Antonio y Josefa acabó siendo una estrella del cine en México, donde se asentó una vez casada y años después de que ella y sus padres emigrasen a Venezuela.

Hizo teatro, radio, cine y televisión y compartió platós con Cantinflas, Jorge Mistral o Lola Beltrán. Recibió, además, dos Arieles de Oro, los premios más importantes del cine mexicano.

maruja3MARUJA MALLO
Pintora surrealista de relevancia mundial, Maruja Mallo —oficialmente, Ana María Gómez González— nació en Viveiro en 1902, donde vivió poco tiempo. Emigró a Argentina y después se fue para Madrid.
Paradigma de la mujer rebelde y muy avanzada para su época, Maruja Mallo mantuvo una gran amistad con escritores, pintores y cineastas como Luis Buñuel, Federico García Lorca, Salvador Dalí, Pablo Neruda, Picasso y Miró. También tuvo relaciones sentimentales con Rafael Alberti y Miguel Hernández. En los años 80, recibió la Medalla de Oro al Mérito en Bellas Artes.

ENRIQUETA OTERO
Esta maestra y militante comunista —nacida en 1910 en Miranda, Castroverde— fue una de las guerrilleras más combativas contra el franquismo en Galicia. En 1946 y tras una persecución policial en la que se defendió a tiros con bombas de manos, Enriqueta Otero fue detenida en el Agro do Rolo, en el barrio de A Milagrosa. Esto supuso, a su vez, el arresto de varios militantes, que fueron sometidos a torturas, entre los que estaba su amante, Xosé Vicente Rodríguez, muerto a consecuencia de ello.

Enriqueta fue condenada a 30 años por rebelión militar y a 4 más por atentado a la autoridad. En 1960, consiguió la libertad condicional pero no retornaría a la escuela hasta 1974. 
A partir de ahí, Enriqueta Otero se dedica a labores de dinamización asociativa, feminista y cultural. En Miranda, pone en marcha una Casa de la Mujer y en Lugo crea, en 1977, la asociación cultural O Carriño, cuya sede, el Hórreo da Cultura, estaba en la avenida García Portela, al lado del parque Rosalía de Castro.
 

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