Una mudanza que divide en la estación

Algunos de los comerciantes ubicados en la terminal de autobuses auguran que el traslado "arruinará" sus negocios. Vecinos y otros empresarios consideran que la gran plaza que la sustituirá puede contribuir a revitalizar la zona
Estación de autobuses. SEBAS SENANDE
photo_camera Estación de autobuses. SEBAS SENANDE

Interior de la estación de autobuses de Lugo. MARÍA G. MORADOLas posturas son encontradas. Pendiente aún de plazos y partidas económicas, la ciudad ganará un gran espacio público al hormigón armado en el centro y modernizará una infraestructura del transporte público, que se ubicará a apenas un kilómetro de distancia. Algunos de los empresarios más afectados directamente por el traslado de la terminal de autobuses auguran "la ruina" de sus negocios, si no pueden seguir en donde están, mientras que algunos vecinos ven una medida que puede contribuir a revalorizar la zona, que está de capa caída, según advierten, pese a que se encuentra a muy pocos metros de la céntrica Praza Maior.

En el edificio de la estación de autobuses funcionan seis negocios (cafetería-restaurante, barbería, librería, administración de loterías, sala de juegos y floristería), cuyos actuales titulares llevan entre 15 y 35 años establecidos. Tienen un contrato de alquiler con la Cooperativa Lucense de Transporte de Viajeros (Colutravi). Esta tiene desde 1974 la concesión para explotar la terminal.

Uno de los empresarios considera "un gran error" el traslado de esta infraestructura de transporte público debido a que "cada día se recortan servicios de autobús y tren". La administración autonómica les da, en principio, dos opciones: facilitarle un local en la futura estación, que se ubicará en el barrio del Sagrado Corazón, o mantenerse en la zona. "No me voy a abajo, que es una ruina", asegura este afectado.

Se muestra crítico además porque con el "pretexto", a su juicio, de la intermodalidad "se está quedando obsoleta" la actual terminal porque no se acometen las reformas necesarias. "Solo se han invertido unos 60.000 euros en los últimos 15 años para dar una mano de pintura y hacer un par de arreglitos", precisa.

Otro de los comerciantes, que defiende que se mantenga la terminal en la Praza da Constitución, aboga porque les den la posibilidad de continuar ya que augura que "non vai haber o mesmo movemento de persoas" en la terminal que se construirá al lado de la estación del ferrocarril, debido a su alejamiento del centro.

EN EL OTRO LADO. Frente a esas voces críticas, hay vecinos y otros empresarios, que no tienen sus negocios en el edificio de la terminal, que entienden que la demolición de esta para dar paso a la gran plaza pública de unos 6.000 metros cuadrados de superficie, anunciada el lunes por la conselleira de Infraestruturas e Mobilidade, Ethel Vázquez, contribuirá a revalorizar esta céntrica zona de la ciudad, la humanizará y descongestionará el encorsetado tráfico rodado.

Este último aspecto también vendrá condicionado por la alternativa por la que se decante el Concello de Lugo cuando acometa la peatonalización de la Ronda da Muralla, en A Mosqueira, en el tramo entre la Praza da Constitución y la Rúa San Roque. Si opta por desviar el tráfico por la Avenida Ramón Ferreiro o por la Rúa Cidade de Vigo.

Esta calle ha visto como en los últimos años han cerrado varios establecimientos. Su tirón comercial se ha diluido, pese a su céntrica ubicación. Esos locales que se han quedado vacíos no han sido realquilados.

Una empresaria cree que ese gran espacio público que proyecta la administración autonómica, con espacios para pasear, mobiliario urbano, jardines y un parque de juegos infantiles, será "positivo para revalorizar la zona", aunque tampoco elude que la estación "también da mucha vida".

Hay vecinos y empresarios que ya ni se plantean cuestionar el traslado de la estación a las puertas del barrio del Sagrado Corazón porque otras ciudades, con dotaciones que ya llevan años en servicio, ya han optado porque tren y autobús convivan en el mismo emplazamiento, con el fin de que los pasajeros puedan realizar cómodos transbordos y así se fomente el uso del transporte público.

Coinciden, por otra parte, en demandar a la administración autonómica que el intercambiador que se habilitará en la Praza da Constitución, cuando la estación pase a mejor vida, tenga "una buena comunicación" con la nueva terminal a través de los buses lanzadera previstos y que estos se coordinen adecuadamente con las líneas de los urbanos.

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