Muchos comercios apuran el encendido de escaparates y la administración apaga luces

Numerosas tiendas todavía se mantenían con iluminación en una noche con mucho ambiente en las calles
Rúa da Raíña. SABELA FREIRE
photo_camera Rúa da Raíña. SABELA FREIRE

Parte importante del comercio lucense apuró hasta el último momento y anoche aún mantenía el encendido nocturno de los escaparates, pero las distintas administraciones ya se han adelantado a las nuevas normas de ahorro energético y apagaron las luces antes de que entren en vigor las nuevas normas.

A las diez de la noche, hora a la que a partir de este miércoles las luces deberán estar apagadas, eran aún muchos los establecimientos comerciales que mantenían la iluminación, que contribuye a dar vida a las principales calles comerciales de la capital.

Establecimientos de cadenas referentes, como los de Inditex, tenían una iluminación intensa y en el resto del comercio del centro eran bastante los que estaban encendidos. Pero también había calles, como Doutor Castro, donde reinaba la oscuridad.

Con todo, en una noche en la que había mucha vida en la calle, sobre todo por la presencia de numerosos turistas en la Praza Maior y en las calles de los vinos, muchos comerciantes apuraron para dar visibilidad a sus escaparates.

Había, con todo, algunos que estaban apagados y otros que no tenían focos, pero que sí mantenían pequeños neones que les daban visibilidad. Era la fórmula elegida en tiendas como la de Roberto Verino o la de Purificación García, ambas en el centro.

Adarve de la muralla. SABELA FREIRE
Adarve de la muralla. SABELA FREIRE

La apuesta de numerosos locales del centro por apurar la explotación de los escaparates se mantenía también en otras vías comerciales, como la Avenida da Coruña. Especialmente en el primer tramo de esa vía lucense eran mayoría los locales que mantenían la luz de los escaparates.

El contraste lo ponían los monumentos y los edificios públicos. En la muralla se mantienen, como anunció la Xunta, las luces del adarve, pero en la Ronda ya no las hay ornamentales y están apagados, por ejemplo, los focos encastrados en el suelo que alumbraban las puertas del monumento romano.

En la Praza Maior, el Ayuntamiento mantenía iluminado el reloj y las grandes lámparas de los soportales, consideradas parte del alumbrado público, pero ya han dejado de encenderse los focos que daban realce a la arquitectura del edificio barroco.

El Ayuntamiento no era una excepción y la sede de la Xunta se veía ya completamente a oscuras, hasta el punto de que en la zona había quien decía que "parece un edificio fantasma".

Varios locales comerciales próximos a la sede de la Xunta en Lugo mantenían, en cambio, las luces, lo que aumentaba algo la luminosidad en el entorno.

Y es que el apagado de luces ornamentales que dependen de las administraciones ya se hacía notar en la imagen de la ciudad y ya servía de adelanto para imaginar cómo será la capital a partir de esta noche.

Con todo, donde más vida había, en las zonas de bares, la vida bullía bajo las luces.

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