La movilización vecinal evita que otra casa sea okupada en As Gándaras

Tan pronto detectaron la presencia de unos inquilinos que no eran los dueños de la vivienda, que lleva más de diez años deshabitada, requirieron la presencia de la Policía, que los desalojó
Dos albañiles tapian la casa desalojada de la Calzada das Gándaras. XESÚS PONTE
photo_camera Dos albañiles tapian la casa desalojada de la Calzada das Gándaras. XESÚS PONTE

El de As Gándaras es uno de los barrios que le resulta más atractivos a los okupas en la capital lucense. El pasado jueves la movilización de los vecinos impidió que dos hombres allanasen una casa en la Calzada. Tan pronto detectaron su presencia alertaron a la Policía Nacional. Varias patrullas desalojaron a estos inquilinos ilegales.

Sucedió alrededor de las cuatro de la tarde. A una vecina de la Calzada das Gándaras le levantó sospechas que a las puertas de una casa, de bajo y primera planta, hubiese un carrito de bebé y que además alguien abriese la contra de una de las ventanas.

Entonces alertó a otro vecino que, tras ruidos en el inmueble, contactó con los dueños de este, que lleva más de una década deshabitado, aunque estos suelen acudir periódicamente a realizar labores de mantenimiento y a segar la hierba.

Los propietarios les confirmaron que no eran ellos los que se encontraban en la casa y entonces dieron la voz de alarma a las fuerzas de seguridad. Varias dotaciones acudieron al inmueble. Los agentes identificaron a los dos okupas y los desalojaron. Uno de ellos gritó: "Yo lo hago por mis hijos". Sin embargo, en la vivienda no había ningún menor de edad, solo estaban ambos adultos, de etnia gitana.

"No daba crédito a lo que estaba viendo", afirmó uno de los vecinos que se movilizó cuando vio movimientos sospechosos en esta vivienda.

Los okupas forzaron la cerradura de la puerta de entrada de esta casa de la Calzada das Gándaras para allanarla y ya la habían sustituido por dos arandelas con el fin de colocar un candado que les permitiese dejar cerrado el inmueble cada vez que saliesen.

Los propietarios de la vivienda no dejaron pasar ni 24 horas para adoptar medidas preventivas para disuadir a los okupas. La más recurrida es la de tapiar los accesos. Dos albañiles sellaron este viernes la puerta y las dos ventanas de la planta baja con ladrillos y cemento para que este inmueble no vuelva a ser allanado.

Vigilancia de los ciudadanos para impedirlo

Dada la mala experiencia que tienen en este barrio de la capital lucense, vecinos vigilan los inmuebles de la Calzada das Gándaras que están deshabitados para evitar que puedan ser okupados.

Comprueban que no haya inquilinos inesperados y están atentos a los vehículos desconocidos que estén aparcados en las inmediaciones. Si detectan algún movimiento sospechoso contactan unos con otros y si es necesario alertan a las fuerzas de seguridad.

Este sistema de vigilancia que han ideado dio resultado en la okupación del pasado jueves para evitarla y también hace unos tres meses cuando una familia de nacionalidad rumana allanó otro inmueble que está próximo. A las pocas horas la desalojaba la Policía Nacional.