A Mosqueira y el centro libres de coches para una nueva movilidad, uno de los retos para 2020

Lugo busca cambiar la relación con el coche, lo que supone alejarlos del centro
Niños andando en bicicleta por la ronda. XESÚS PONTE
photo_camera Niños andando en bicicleta por la ronda. XESÚS PONTE

LA MOVILIDAD URBANA está llamada a una nueva transformación y los primeros símbolos de ese nuevo tiempo se verán en el casco histórico, con la aplicación de medidas como la peatonalización de A Mosqueira y de Quiroga Ballesteros o la reordenación del tráfico en San Fernando, con la construcción de una rotonda.

Un carácter especialmente simbólico está llamado a tener el cierre al tráfico de A Mosqueira. Supondrá ampliar el limitado espacio peatonal en torno al gran monumento romano de la ciudad. La medida se llevará a cabo en el entorno quizás más icónico de la muralla y, además, debe suponer un paso decisivo hacia el objetivo de la completa peatonalización de la Ronda da Muralla.

El Ayuntamiento ha reservado en los presupuestos de 2020, ya aprobados, una partida de 800.000 euros, de los que 600.000 se invertirán en la propia obra de peatonalización, en tanto que los otros 200.000 euros se gastarán en hacer un plan de tráfico para reordenar la circulación en las calles del entorno afectadas, ya que el reto es liberar la muralla de coches sin colapsar por ello la ciudad.

El casco histórico, peatonal ya en gran parte, está llamado a dar un paso más con la transformación de Quiroga Ballesteros, que podría estar lista a finales de 2020 si se cumplen los objetivos del gobierno municipal.

Algunos de los cambios proyectados afectarán a las bicis

El Concello aprobó a finales de noviembre la licitación de las obras, proyectadas ya en 2012, por 1.172.000 euros y un plazo de ejecución de 10 meses, con lo que la expectativa es que la peatonalización pueda ser una realidad a finales del año 2020.

Pero el cambio más radical para el centro podría llegar con el plan asociado a la Ronda en la zona de San Fernando, ya que la idea es peatonalizar también las calles Montevideo y Bolaño Rivadeneira, de modo que el casco histórico quedaría ya con solo dos accesos generales para vehículos: la calle Teatro y San Fernando, desde donde se accedería a los párkings de la zona monumental.

El resto de accesos serían, básicamente, para residentes y, claro, para unas operaciones de carga y descarga de mercancías que también están pendientes de regulación, dados los problemas de saturación de vehículos que se producen a diario y en horas punta en espacios públicos teóricamente peatonales. De forma paralela, los cambios en el tráfico obligarán a plantear nuevas soluciones para el aparcamiento.

SOBRE PEDALES. Pero el centro no será el único escenario de los cambios en materia de movilidad. Y algunos afectarán a las bicis, aunque estas previsiblemente tardarán tiempo aún en ganar protagonismo en la circulación urbana, si es que lo logran.

A corto plazo abrirá el carril bici del parque del Rato, que más que a cambiar la movilidad urbana está llamado a resolver los problemas de convivencia que se daban en ese parque periurbano entre peatones y ciclistas. La Diputación financia el proyecto, con un presupuesto de 505.600 euros.

En ese campo, más ambicioso es el proyecto Edusi, financiado por la Unión Europea y a través del cual se prevén para el ejercicio 2020 inversiones por valor de 3,5 millones de euros.

Lugo sigue pendiente de los plantes para construir la segunda fase de la ronda Este

Las acciones programadas a través del plan Edusi abarcan varios campos y el nexo común es la idea de acercar la ciudad al río. En ese campo entra la idea de poner en marcha una extensa trama de carriles bici. Se trata de una idea que está aún en fase de proyecto y para la que no existe plazo.

Más definido está otro de los proyectos más conocidos del plan Edusi, la construcción de una pasarela peatonal sobre la N-VI frente al campo de fútbol. Contratiempos administrativos fueron demorando la obra, pero ahora está de nuevo en fase de contratación, con un presupuesto de 1.113.179 euros, 124.000 más de lo inicialmente previsto debido a un encarecimiento del acero.

La pasarela se concibe como una de las medidas para facilitar el acceso hacia el río, un entorno cada vez más frecuentado por miles de lucenses, y la idea es que permitirá también soslayar el problema de seguridad que se da en la N-VI cuando se producen grandes aglomeraciones de gente, sobre todo en partidos del CD Lugo.

Los problemas de la N-VI van, en todo caso, más lejos y no tienen perspectiva de solución a corto plazo. La vía se ha convertido en la gran circunvalación de la ciudad y tiene a lo largo de su recorrido varios puntos que son escenario de accidentes continuos. Hace años el Concello aprobó pedir a Fomento medidas para el desdoblamiento de la vía y la mejora de la seguridad. Pero no se ha avanzado. En espera de ver si hay novedades para 2020 está el proyecto que parece más inmediato: la construcción de una rotonda en el acceso a Alfonso X.

En materia vial, Lugo sigue también pendiente de los planes para construir la segunda fase de la ronda Este, entre la carretera de A Fonsagrada y A Tolda.

Esa obra es uno de los caballos de batalla del gobierno local en sus reivindicaciones a la Xunta. Esta tiene un proyecto básico para la obra y ha consignado para 2020 una partida de 300.000 euros para actualizar el proyecto. Si se materializa ese compromiso, se abriría la puerta a disponer en los próximos años de un nuevo vial de circunvalación, que permitiría alejar tráfico del eje urbano y aliviaría la presión circulatoria que sufre la carretera del Rato, utilizada como atajo por miles de conductores que se dirigen al hospital.

Otro vial clave para la movilidad en la capital es la Avenida Duquesa de Lugo, igualmente pendiente desde hace años de que se complete el desdoblamiento. La Diputación se implicó años atrás en el proyecto, pero el proceso de expropiación de viales se enquistó y tiene bloqueado el avance del proyecto. Con todo, la Diputación sí licitó en 2019 una parte de esa obra, la que afecta al tramo que va de la Ronda Norte a As Termas, por un presupuesto de 1,4 millones. Con ese dinero se pretende hacer un vial con dos carriles en sentido O Ceao y tres hacia el centro de Lugo. Dentro de esa idea de ir modificando fórmulas de movilidad, se contempla también un carril bici.

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