La moneda del Arde Lucus se dedica a al dios Mitra

La pieza reproduce un medallón con el busto del emperador gordiano en el anverso y de la deidad oriental, que fue objeto de culto en Lucus Augusti, en el reverso. La Cohors III Lucensium acuña y reparte este dinero

Enrique Alcorta y Fernández Abel, junto al cartel anunciador de la moneda del Arde Lucus. XESÚS PONTE
photo_camera Enrique Alcorta y Fernández Abel, junto al cartel anunciador de la moneda del Arde Lucus. XESÚS PONTE

La reproducción de un medallón imperial, con el busto del emperador Marco Antonio Gordiano Pio, en el anverso, y la imagen del dios Mitra, en el reverso, es la moneda oficial del Arde Lucus. La pieza, acuñada por el colectivo de recreación histórica Cohors III Lucensium, fue seleccionada con el asesoramiento del arqueólogo de la Diputación Enrique Alcorta. "Llevamos nueve años acuñando una moneda, que siempre reproduce de la forma más fidedigna alguna de las existentes en la época imperial", explica Eduardo Fernández Abel, portavoz de la Cohors III. En total se repartirán 5.000 monedas con un valor de dos euros cada una.

La imagen de Marco Antonio Gordiano Pio, Gordiano II, representa a un joven mandatario que gobernó entre los años 238 y 244 después de Cristo. Este emperador accedió al poder a los 13 años y murió a los 19, "en la guerra contra los persas", precisa Alcorta. La leyenda de la moneda está escrita en griego y alude a la cuidad de Tarso, lo que evidencia su procedencia oriental.

EL MITREO. La principal razón para reproducir este medallón es la presencia del dios oriental Mitra. Lucus Augusti es una de las dos ciudades españolas, junto con Tarragona, donde está documentada la existencia de templos dedicados a su culto, que fue popular en el mundo oriental romano desde el siglo I. En Mérida hubo un mitreo con una gran estatuaria, que es objeto de estudio.

La unidad base de las monedas romanas era el as. También fueron muy utilizados en Lucus el dupondio o doble as y el sestercio, equivalente a cuatro ases en la época Augusta —todos ellos hechos de bronce—, el quinario y el denario —de plata— y el áureo, en oro, que equivalía a 400 ases. Los semises eran medio as. Inicialmente, las monedas se acuñaban en Roma y se trasladaban a otros puntos del imperio. "Como su transporte era oneroso, con el paso del tiempo se establecieron cecas en otros núcleos del territorio dominado por Roma, como Arlés y Nimes, en Francia, o Barcino —la actual Barcelona—o Tarraco, en Hispania", precisa Enrique Alcorta.

Lugo también contó con una ceca, que acuñó caetras, una moneda autóctona. Las más empleadas equivalían al as, aunque otras tenían el valor de un doble as o de un sestercio. En Lucus Augusti se encontraron alrededor de setenta y se atribuyen a una ceca instalada en la ciudad, por sus claras diferencias con las hechas en Bracara Augusta. Las hechas en Lugo tienen como denominador común la presencia de la leyenda IMP AVG DIVIF en su anverso.

Junto a las monedas sueltas, también se encontraron en Lucus Agusti varios tesorillos o gruos de moneda, como los de la Plaza de Ferrol, formado por pequeñas monedas denominadas follis, o el de Armañá. "Se localizaron también otros tesorillos A Fonsagrada, O Cadramón o Bares, que era un lugar importante de arribada de barcos. La ciudad de Lucus era un centro de servicios, pero tenía una zona de abastecimiento en sus alrededores, a lo que hay que sumar la importancia de las rutas marítimas para el comercio", manifiesta Alcorta. No hay que olvidar tampoco el papel del Miño "como un río vivo. Existía una economía fluvial, tanto para el transporte como para la pesca. De hecho, encontramos muchos anzuelos de la época", asegura el arqueólogo lucense.

Lucus Augusti era "un punto de ruptura comercial. Más allá había actividad en la costa, pero no núcleos importantes", explica Enrique Alcorta. Era la segunda ciudad de importancia del noroeste, junto con Pamplona. Los comerciantes iban y venía hacia la Meseta y para el transporte necesitan de recipientes. De ahí la importancia de la alfarería en la ciudad, donde se contabilizaron casi medio centenar de alfares. Muchos estaban en una zona cercana al foro. "Lugo tenía un mitreo y un foro, pero los mosaicos hallados permiten deducir que había ciudadanos adinerados", subraya Alcorta.

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