ESQUELETOS MEDIEVALES. Una copa con motivos mitraicos. O un mortero de la época romana.
Estos son solo algunos de los hallazgos singulas ya expuestos desde ayer en el museo de la Domus de Mitreo, en la plaza Pío XII.
El museo ha ampliado su exposición y el objetivo es que "incluso una persona sin conocimiento sobre Roma o historia, sea capaz de entender lo que hay aquí: como se vivía y que es un Mitreo", dice Dolores Dopico, profesora de Historia Antigua de la USC y directora científica del museo universitario.
Por eso, sin dejar de lado el rigor científico, han decidido mostrar la vida de la forma más fácil y visual posible,
"Tenemos mucho más de lo que enseñamos, pero el propósito es que los objetos nos muestren una casa romana, no enseñar un depósito de piezas", explica Dopico.
Este recorrido entre tres estancias es un viaje cronológico por la historia de la ciudad, que se puede realizar en cualquiera de los sentidos, del pasado a la actualidad o al revés. Se centra en la época romana porque es una de la más significativas, pero también hay una pequeña muestra de la etapa medieval a la contemporánea.
Una exposición en la planta superior que está acompañada de las excavaciones en la planta baja. Allí se encuentra el único Mitreo que se sabe fijo que lo es en toda la península,
"El mitranismo es una religión llena de misterio. Solo sabemos que realizaban banquetes de celebración, de los que nos han quedado numerosos restos, tanto de alimentos como de los utensilios", declara Dopico.
Se muestra por primera vez la segunda inscripción romana encontrada, de la primera dinastía: la Julio-Claudia. Está dedicada a Júpiter, según apuntan las primeras investigaciones.
En el museo buscan una experiencia interactiva del visitante, por lo que junto a los nombres científicos, por ejemplo de los huesos de los animales, se incluye una silueta de ellos. También han mejorado la iluminación, y escrito los carteles en tres idiomas.
Se exhiben piezas recuperadas cuya restauración ha sido posible gracias a la colaboración con el Museo del Castro de Viladonga, especialmente de las restauradoras Carolina Pérez y Silvia Illanes, a las que los responsables de la exposición no dejan de extender su agradecimiento.
El museo se puede visitar de martes a sábado, en horario de mañana y tarde, y los domingos por la mañana. La entrada es gratuita el primer miércoles de cada mes, y todos los días para los menores de 18 años.
