Su última entrevista | Mirian Vázquez: "El cáncer supuso sacar ganas de vivir y afrontar las cosas de otra manera"

No le falla su sonrisa pese a que su última década no fue un camino de rosas. Recién graduada en Comunicación Audiovisual, se sacó la carrera, una FP, el BAC y la ESO entre sesiones de quimio

Mirian Vázquez se rapó el pelo en público para visibilizar la lucha de los que sufren cáncer. SEBAS SENANDE
photo_camera Mirian Vázquez se rapó el pelo en público para visibilizar la lucha de los que sufren cáncer. SEBAS SENANDE

Nadie como ella sabe lo que es tener cáncer. Con solo 15 años, fue diagnosticada de un tumor llamado sarcoma de Ewing, que le revolucionó la vida por completo hasta el punto de que, a consecuencia de la enfermedad, se vio obligada a dejar el instituto, llegó a perder amigas que se quedaron en el camino y, lo que es peor, tuvo que enfrentarse a tratamientos médicos duros con la incerteza de cómo vencer a un cáncer que se llegó a reproducir hasta seis veces. Aun así, Mirian sigue mirando hacia delante, haciéndose ‘amiga’ de sus tumores y disfrutando de la vida como cualquier otra joven de 25 años sin quitarse nunca de la cara su sonrisa más sincera. 

¿Qué es la "sexta etapa 2.0"? 
Cada vez que me diagnostican una nueva recidiva del tumor y tengo que llevar quimio abro una etapa. A esta última le llamé la sexta etapa 2.0. En febrero de 2017 aparecieron cinco focos del mismo tumor, a los que puse nombre como siempre hice. Al primero le llamé Ambrosio porque me dolía mucho la espalda y dije "joder, Ambrosio". Al segundo le llamé Filete porque en las placas se veía delgadito y alargado, como si fuese un filete, y luego tenía tres bolitas muy pequeñitas a las que llamé Canicas. 

¿Logró superar estas nuevas réplicas? 
En parte. Hice un nuevo tratamiento de quimioterapia de febrero a julio de 2017, al que se añadió otro de radioterapia en agosto. A raíz de esto, en septiembre habían desaparecido las Canicas, se fue Ambrosio y se redujo Filete. Lo que pasa es que en febrero de este año surgieron otras Canicas y ahora vuelvo a estar con quimio. 

¿Cómo lo lleva después de tanto tiempo luchando contra el cáncer? 
Cada vez le cuesta más al cuerpo porque van muchas sesiones de quimioterapia a lo largo de estos diez años. Ahora, los descansos tienen que ser más largos, los tratamientos tienen que ser más espaciados, pero en eso estamos. 

Celebro cada ‘cumpletumor’ porque es una oportunidad nueva que me da la vida

Aun así, ya es graduada en Comunicación Audiovisual por la Universidade da Coruña. ¿Fue fácil sacarse la carrera en esta situación? 
Para nada, fue muy difícil, especialmente este último año, pero era un reto para mí y fue muy emocionante la graduación. Soy comunicadora audiovisual gracias a mis compañeros, que me pasaban apuntes porque con la quimioterapia de cada tres semanas, dos no podía ir a clase y algunos profesores no me facilitaban el trabajo. Ahora estoy haciendo prácticas en el Breogán, creando contenidos para las redes sociales y haciendo vídeos y fotos. 

Van ya diez años de convivencia con el cáncer, ¿no? 
En noviembre serán ya once, celebraré mi undécimo ‘cumpletumor’. Los celebro cada año que pasa. 

Sorprende ese tipo de celebración... 
¿Por qué? Cada ‘cumpletumor’ es como una oportunidad nueva que me da la vida. Obviamente, preferiría estar sin tumor, pero cada año que pasa yo lo veo como una oportunidad de aprender, disfrutar y vivir. 

¿Pese a que la enfermedad acaparó los mejores años de su vida? 
Para mí estos siguen siendo los mejores años de mi vida. Preferiría estar sin enfermedad, pero hay gente que no lo puede contar. Además, mi calidad de vida no es mala. Voy a la piscina, a la playa, hice la carrera, ahora estoy con las prácticas... Eso sí, toda la vida la planeo alrededor de mi enfermedad y tengo días que no puedo hacer planes. Pero, aun así, fui hace dos meses a Barcelona con unas amigas, la primera semana de descanso de la quimio, y volé el mismo día que acababan de hacerme una transfusión. Tengo que agradecer también la posición de mis padres, que me permiten muchas cosas porque confían en mí. Mi oncóloga, a la que adoro, me animó y mis amigas me ayudaron muchísimo. Al final, lo disfruté y fue maravilloso. Pero hubo un momento en que llegué a pensar que no podría viajar. 

¿De dónde saca tanta positividad? 
Siempre fui positiva, pero desde que surgió la enfermedad lo soy mucho más. 

Sin duda, es todo un ejemplo sobre cómo sobrellevar el cáncer. 
No debo ser ejemplo de nada. Es, simplemente, una forma de llevar la enfermedad. Cada persona la lleva de una forma diferente, lo que es muy lícito. Lo importante es que no te falten las ganas de querer hacer cosas y seguir adelante. 

¿A todo esto contribuyó su blog, quedamuchavida.blogspot.com?
Por supuesto, llevo siete años con el blog. Siempre me gustó escribir y me encanta comunicar. Lo hice porque sentí la necesidad de explicarme y contar lo que estaba viviendo siendo tan joven porque casi nadie entiende lo que es el cáncer. Oyen la palabra y la relacionan con enfermedad, quimioterapia y un toque negro. Para mí el cáncer supuso más. Supuso aprender, sacar ganas de vivir.