A Milagrosa se quedará sin fiestas este año por falta de organizadores

La celebración de la patrona se inició a finales de los 60 sin cancelarse nunca salvo en 1996 cuando se obligó a trasladarlas a Frigsa
Inicio de las fiestas del año pasado
photo_camera Inicio de las fiestas del año pasado

A Milagrosa no celebrará las fiestas de su patrona el próximo mes de septiembre por falta de organizadores. Los que asumieron esa responsabilidad hasta ahora -la asociación de vecinos del barrio- quiere pasar el testigo tras 16 años de actividad y los que se animaron a tomar el relevo -el colectivo de hosteleros- se ven demasiado ocupados y con el tiempo muy encima como para poder hacerlo este año. Ninguno se considera capaz de cambiar de idea; es una decisión definitiva.

El resultado es que el barrio se queda sin unas fiestas cuya longevidad justifica de sobra el calificativo de tradicionales. Llevan celebrándose desde finales de los 60 con una sola excepción: en 1996 se cancelaron porque se prohibió que se desarrollaran en la calle y nadie consideró que en el parque de A Milagrosa fueran a funcionar. Allí tuvieron lugar en los siguientes años hasta la apertura de la nueva plaza, Agro do Rolo, ubicación de las últimas ediciones.

Todos los implicados coinciden en que es una lástima que se detenga de nuevo esa tradición, pese a lo que no ven otra opción. «É unha pena. Nós avisamos en febreiro de que non as seguiríamos organizandoo. Levamos 16 anos facéndoo e hai que abrirse a que o fagan outros. Todo ten o seu ciclo e este foi o noso. Os hostaleiros dixeron que asumirían o traballo pero agora parece que non poderán facelo», dice Valentín Arias, portavoz de la asociación de vecinos, organizadora hasta ahora de los festejos.

Ángel Espiño, flamante presidente de la asociación de hosteleros, también admite que le da «mucha pena que no haya fiestas». «Acabamos de formarnos como asociación, firmamos el acta el miércoles y no dos dan el NIF hasta mañana. Nos reunimos los 22 socios y vimos que, ahora mismo, no podemos organizarlas. No dos da tiempo, apenas tenemos tiempo libre para reunirmos. Somos todos autónomos, matrimonios que trabajamos los dos en nuestros establecimientos... Esto no quiere decir que para el año que viene no las hagamos. Podemos organizarnos y hacer una lotería de Navidad, por ejemplo, y empezar a recaudar antes. Pero este año, que acabamos de formar la asociación, es imposible», indica. Espiño insiste en que si algún colectivo quisiera asumir la tarea, los hosteleros del barrio le brindarían «toda» la colaboración.

Finalmente, tampoco la asociación de vecinos y comerciantes de A Milagrosa-cuyo presidente, Jesús Vázquez, presidió la comisión de fiestas del barrio durante los 90- se anima a asumir esa tarea. «Ya tuvimos nuestra época y segundas partes nunca fueron buenas. En los 90, las fiestas duraban diez días y en una verbena se reunían fácilmente entre cuatro y cinco mil personas. Se decía que competían con el San Froilán por el número de personas que concentraban. Siento una gran tristeza porque no se vayan a celebrar este año, pero ahora es el momento de que las organicen los jóvenes. Es una pena que se pierdan, sobre todo teniendo en cuenta lo que llegaron a ser, pero nosotros no podemos hacerlo todo», aseguró.

La asociación de vecinos anunció en febrero que no asumiría la organización y los hosteleros dicen que no tienen tiempo suficiente

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